Esta ruta discurre por el término municipal de Otivar en el entorno del parque natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Brinda impresionantes vistas del macizo de La Almijara, nos ofrece unos paisajes espectaculares, con grandes barrancos, cimas calizas casi imposibles, hondos cañones por los que discurre el agua que va formando cascadas y pozas de formidable belleza.
Una serie de cortados y desfiladeros por los que fluyen las aguas de varios arroyos con saltos y pozas que hacen descender el cauce desde 1.200 a 300 metros de altitud en poco más de tres kilómetro. En el extremo oriental del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama a caballo con la Sierra de Cázulas, Rio Verde delimita un valle abrupto Y rocoso con continuos cambios de rumbo en su curso y sin un rango de cauces principales y secundarios. Su cabecera, conocida por sus vistosas cascadas y hondonadas, la concretan por la derecha los Barrancos de la Doma, Mina Rica, de la Topera, del Lagarto, de Rambla Seca y de los Madroñales. Considerando el Barranco de las Chorreras como eje central, a la izquierda llegan los de la Cueva de Funes, los Chortales y del Pito, que localizan su culminación en la llamada Junta de los Ríos.
Aunque la senda se inicia en el Collado de los Chortales, punto kilométrico 28,7 de la carretera de Granada-Otívar-Almuñécar (A-5040), que alcanzamos (viniendo desde Granada), después de pasar Los Prados de Lopera, cruzar un pequeño túnel y antes de llegar al Parador y gasolinera de La Cabra Montés (hoy fuera de servicio). Veremos un mojón de hormigón con la inscripción 28,7, aquí comienza la senda, que sube inicialmente unas escaleras con piedra y marcha por la cara Norte del llamado Cerro de Martos ó Cerro del Facar. Si retornamos la vista hacia el Noreste veremos unos riscos calizos de majestuosa figura llamados "Los Poyos del Pescado", uno de los pasos utilizados en la antigüedad para el envío del pescado en caballerías, desde la Costa a Granada.
Pero nosotros vamos a emprender la ruta desde otro lugar, y continuamos la carretera en dirección a Otivar y Almuñécar, hasta llegar al desvío de la pista forestal de las Cabrerizas. En el kilómetro 33 aproximadamente, de la A-4050 viniendo desde Granada; en una curva cerrada encontramos un gran cartel del parque natural, justo al lado el del sendero que vamos a realizar. Nos hallamos al norte de los altos de Jaloche (1.265 m.), una pista de tierra y polvorienta hacia el oeste, nos descenderá en 3,5 km. desde los 1.050 m. a los 800 m. de altitud, alcanzando el Barranco de los Chortales. Bajamos con el coche hasta encontrarnos con una barrera que corta el paso y que nos obligará a dejar el vehículo unos metros antes en un aparcamiento señalizado, que no es otra cosa que un ensanche de la pista de tierra.
Desde aquí comenzamos la ruta iniciando el descenso a través del carril de Las Cabrerizas. A unos quinientos metros nos encontramos con la primera maravilla, ante nuestros ojos gozamos ya del primer prodigio natural; es la denominada Chorrera de los Palos ó Cascada de los Árboles Petrificados. Singular salto de agua tapizado de vetustos troncos embebidos por la toba caliza del agua y fosilizados por su labor cansina en un monótono devenir. Junto a este salto ubicado en el barranco de los Chortales, se halla una pequeña gruta a la que accedemos por una senda situada a la derecha de la cascada, y en la que el pausado y lánguido proceso del agua sobre la roca ha formado perfectas estalagmitas y estalactitas.
La vereda baja de nuevo hasta el arroyo, cruzándolo sigue por la margen izquierda unos doscientos metros, hasta atravesar de nuevo el carril, al llegar a este lugar y bajando unos 50 m. el camino que sigue hasta el riachuelo encontramos la Fuente de las Cabrerizas, manantial de agua que incluso en los años de sed mantiene su caudal y su baja temperatura. Continuamos, con una rápida mirada a nuestro alrededor, nos fijamos en que la flora cambia por momentos y por completo, ahora advertimos helechos, palmitos, madroños, sauces etc. Vislumbramos el peculiar salto de agua procedente del Barranco de la Cueva de Funes, nos encontramos frente a las cascadas de belleza singular que forman sus saltos de agua, que se despeñan espectacularmente con alturas de hasta 30 m. En conjunto al entorno hace de ello un lugar privilegiado. Aquí se unen los arroyos de las Cabrerizas y de Funes. En estos parajes y a partir de este tramo, se practican deportes de aventura, como el barranquismo y el descenso de cañones, haciéndose necesario para ello, conseguir permiso de la Delegación de la Consejería de Medio Ambiente en Granada, que obliga al cumplimiento de unas normas, para seguridad y protección propia del deportista, así como salvaguardia de los valores medioambientales de la zona. Arriba de este salto se encuentra La Presa de Funes, que forma una laguna artificial incomparable, y en su cola, a un kilómetro y medio escaso el cortijo cueva de Funes, antiguo asentamiento de carboneros.
Seguimos el sendero llegando hasta donde desagua el barranco de los Madroñales, en el de Las Chorreras. Rebasamos por aquí ya el río, hasta alcanzar la vereda que con un fuerte ascenso nos lleva tras remontar a un ensanche; un camino donde vemos grandes desprendimientos de piedras. A algunos cientos de metros a la margen izquierda, la vereda desciende de nuevo hacia el río; ya en su regato imponente ante nosotros una gran poza de agua cristalina y verde, que acopia las aguas de una enorme cascada, la llamada ‘’Y’’, cuyas aguas descienden coquetas y enredadas a través de un angosto cañón labrado por la mano de la naturaleza, ofreciendo un portentoso salto de agua muy apreciado por los amantes del descenso de cañones.
Hacemos un descanso para sacar unas fotos y disfrutar de este paraje, mientras cambiamos impresiones del recorrido.
Comenzamos de nuevo la marcha salvando el río en varias ocasiones, a ambas márgenes, atravesando por respectivos puentes colgantes, que cuelgan sobres impresionantes y desiguales paisajes. Estos puentes, solo permiten el paso autorizados para cuatro personas a la vez, existían varios, aunque nos encontramos con algunos destrozados por las lluvias. Tras bajadas y subidas, reposar y alentar en los dos miradores que se encuentran en el trayecto en los que merece la pena asomarse y disfrutar de las vistas; así llegamos donde se abrazan los barrancos de Las Chorreras y del del Nacimiento dando origen a Rio Verde, nombre este que alude al color de sus aguas.. Esta unión es conocida como la Junta de los Ríos, donde damos la vuelta retrocediendo nuestros pasos para llegar al lugar de partida.
FLORA Y FAUNA
En el terreno botánico, esta es una ruta muy interesante para los amantes de las plantas y su identificación. Alberga uno de los ecosistemas más especiales y exclusivos del denominado bosque mediterráneo. El dificultoso acceso y su presente protección dentro del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, ha facilitado la persistencia de espacios considerados como tesoros paisajísticos, donde la biodiversidad aún ampara especies botánicas exclusivas, e incluso la presencia de otras que nunca habían sido aludidas en altitudes inferiores a 1.000 metros dentro del piso bioclimático termomediterráneo.
En este sentido la presencia del boj en los cañones de Rio Verde supone uno de los hechos más destacables. El boj forma un ecosistema muy específico bajo el que se localizan otras muchas especies vegetales de gran importancia botánica.
Otras variedades vegetales que forman parte de la flora de este lugar son: durillos, madroños, labiérnagos, arrayanes, mirto, también madreselvas, clemátides, enredaderas y nueza negra. Pueden hallarse varias especies de brezos; además de palmitos, adelfas, algarrobos, romero, jaras, aulagas; arbustos como el lentisco o cornicabra. Árboles como el pino pinaster, el carrasco, acebuches, higueras, pistáceas, encinas , olivilla etc. El alto índice de humedad favorece la presencia abundante de helechos.
En cuanto a fauna entre los animales salvajes que podremos ver destaca, la característica cabra montes, algunas variedades de rapaces, la perdiz, el pinzón y la curruca rabilarga, polla de agua, pinzones, verdecillos, ruiseñores, petirrojos y otras variedades de aves insectívoras. Con suerte podremos observar roedores, zorros, garduñas, erizos, comadrejas. Entre los reptiles, descubriremos la culebra de agua y de herradura, el lagarto ocelado y la lagartija.
Aunque la senda se inicia en el Collado de los Chortales, punto kilométrico 28,7 de la carretera de Granada-Otívar-Almuñécar (A-5040), que alcanzamos (viniendo desde Granada), después de pasar Los Prados de Lopera, cruzar un pequeño túnel y antes de llegar al Parador y gasolinera de La Cabra Montés (hoy fuera de servicio). Veremos un mojón de hormigón con la inscripción 28,7, aquí comienza la senda, que sube inicialmente unas escaleras con piedra y marcha por la cara Norte del llamado Cerro de Martos ó Cerro del Facar. Si retornamos la vista hacia el Noreste veremos unos riscos calizos de majestuosa figura llamados "Los Poyos del Pescado", uno de los pasos utilizados en la antigüedad para el envío del pescado en caballerías, desde la Costa a Granada.
Pero nosotros vamos a emprender la ruta desde otro lugar, y continuamos la carretera en dirección a Otivar y Almuñécar, hasta llegar al desvío de la pista forestal de las Cabrerizas. En el kilómetro 33 aproximadamente, de la A-4050 viniendo desde Granada; en una curva cerrada encontramos un gran cartel del parque natural, justo al lado el del sendero que vamos a realizar. Nos hallamos al norte de los altos de Jaloche (1.265 m.), una pista de tierra y polvorienta hacia el oeste, nos descenderá en 3,5 km. desde los 1.050 m. a los 800 m. de altitud, alcanzando el Barranco de los Chortales. Bajamos con el coche hasta encontrarnos con una barrera que corta el paso y que nos obligará a dejar el vehículo unos metros antes en un aparcamiento señalizado, que no es otra cosa que un ensanche de la pista de tierra.
Desde aquí comenzamos la ruta iniciando el descenso a través del carril de Las Cabrerizas. A unos quinientos metros nos encontramos con la primera maravilla, ante nuestros ojos gozamos ya del primer prodigio natural; es la denominada Chorrera de los Palos ó Cascada de los Árboles Petrificados. Singular salto de agua tapizado de vetustos troncos embebidos por la toba caliza del agua y fosilizados por su labor cansina en un monótono devenir. Junto a este salto ubicado en el barranco de los Chortales, se halla una pequeña gruta a la que accedemos por una senda situada a la derecha de la cascada, y en la que el pausado y lánguido proceso del agua sobre la roca ha formado perfectas estalagmitas y estalactitas.
La vereda baja de nuevo hasta el arroyo, cruzándolo sigue por la margen izquierda unos doscientos metros, hasta atravesar de nuevo el carril, al llegar a este lugar y bajando unos 50 m. el camino que sigue hasta el riachuelo encontramos la Fuente de las Cabrerizas, manantial de agua que incluso en los años de sed mantiene su caudal y su baja temperatura. Continuamos, con una rápida mirada a nuestro alrededor, nos fijamos en que la flora cambia por momentos y por completo, ahora advertimos helechos, palmitos, madroños, sauces etc. Vislumbramos el peculiar salto de agua procedente del Barranco de la Cueva de Funes, nos encontramos frente a las cascadas de belleza singular que forman sus saltos de agua, que se despeñan espectacularmente con alturas de hasta 30 m. En conjunto al entorno hace de ello un lugar privilegiado. Aquí se unen los arroyos de las Cabrerizas y de Funes. En estos parajes y a partir de este tramo, se practican deportes de aventura, como el barranquismo y el descenso de cañones, haciéndose necesario para ello, conseguir permiso de la Delegación de la Consejería de Medio Ambiente en Granada, que obliga al cumplimiento de unas normas, para seguridad y protección propia del deportista, así como salvaguardia de los valores medioambientales de la zona. Arriba de este salto se encuentra La Presa de Funes, que forma una laguna artificial incomparable, y en su cola, a un kilómetro y medio escaso el cortijo cueva de Funes, antiguo asentamiento de carboneros.
Seguimos el sendero llegando hasta donde desagua el barranco de los Madroñales, en el de Las Chorreras. Rebasamos por aquí ya el río, hasta alcanzar la vereda que con un fuerte ascenso nos lleva tras remontar a un ensanche; un camino donde vemos grandes desprendimientos de piedras. A algunos cientos de metros a la margen izquierda, la vereda desciende de nuevo hacia el río; ya en su regato imponente ante nosotros una gran poza de agua cristalina y verde, que acopia las aguas de una enorme cascada, la llamada ‘’Y’’, cuyas aguas descienden coquetas y enredadas a través de un angosto cañón labrado por la mano de la naturaleza, ofreciendo un portentoso salto de agua muy apreciado por los amantes del descenso de cañones.
Hacemos un descanso para sacar unas fotos y disfrutar de este paraje, mientras cambiamos impresiones del recorrido.
Comenzamos de nuevo la marcha salvando el río en varias ocasiones, a ambas márgenes, atravesando por respectivos puentes colgantes, que cuelgan sobres impresionantes y desiguales paisajes. Estos puentes, solo permiten el paso autorizados para cuatro personas a la vez, existían varios, aunque nos encontramos con algunos destrozados por las lluvias. Tras bajadas y subidas, reposar y alentar en los dos miradores que se encuentran en el trayecto en los que merece la pena asomarse y disfrutar de las vistas; así llegamos donde se abrazan los barrancos de Las Chorreras y del del Nacimiento dando origen a Rio Verde, nombre este que alude al color de sus aguas.. Esta unión es conocida como la Junta de los Ríos, donde damos la vuelta retrocediendo nuestros pasos para llegar al lugar de partida.
FLORA Y FAUNA
En el terreno botánico, esta es una ruta muy interesante para los amantes de las plantas y su identificación. Alberga uno de los ecosistemas más especiales y exclusivos del denominado bosque mediterráneo. El dificultoso acceso y su presente protección dentro del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, ha facilitado la persistencia de espacios considerados como tesoros paisajísticos, donde la biodiversidad aún ampara especies botánicas exclusivas, e incluso la presencia de otras que nunca habían sido aludidas en altitudes inferiores a 1.000 metros dentro del piso bioclimático termomediterráneo.
En este sentido la presencia del boj en los cañones de Rio Verde supone uno de los hechos más destacables. El boj forma un ecosistema muy específico bajo el que se localizan otras muchas especies vegetales de gran importancia botánica.
Otras variedades vegetales que forman parte de la flora de este lugar son: durillos, madroños, labiérnagos, arrayanes, mirto, también madreselvas, clemátides, enredaderas y nueza negra. Pueden hallarse varias especies de brezos; además de palmitos, adelfas, algarrobos, romero, jaras, aulagas; arbustos como el lentisco o cornicabra. Árboles como el pino pinaster, el carrasco, acebuches, higueras, pistáceas, encinas , olivilla etc. El alto índice de humedad favorece la presencia abundante de helechos.
En cuanto a fauna entre los animales salvajes que podremos ver destaca, la característica cabra montes, algunas variedades de rapaces, la perdiz, el pinzón y la curruca rabilarga, polla de agua, pinzones, verdecillos, ruiseñores, petirrojos y otras variedades de aves insectívoras. Con suerte podremos observar roedores, zorros, garduñas, erizos, comadrejas. Entre los reptiles, descubriremos la culebra de agua y de herradura, el lagarto ocelado y la lagartija.
Nota: Correo de contacto con el club de senderismo Navachica; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
>> Enlace wikiloc.
>> Enlace cruce acceso carril de Las Cabrerizas.