“Los menores tenéis derechos, pero también obligaciones". El juez de menores, Emilio Calatayud, aborda el tema de la delincuencia juvenil y del acoso escolar en un acto celebrado en Jayena.
11/05/2006.- Dos cosas me sorprendieron del paso del Juez de Menores, Emilio Calatayud, por Jayena. La primera de ellas fue que, en este encuentro con los escolares de Secundaria de Arenas del Rey, Fornes, Játar y del municipio anfitrión, los más de 70 alumnos y alumnas siguieron con gran atención la exposición del magistrado y la otra, la cantidad de madres que continuamente asentían con la cabeza cada una de las rotundas afirmaciones acerca de la responsabilidad de menores y progenitores.
Salón repleto
El acto se inició sobre las doce y media en el salón cultural Federico García Lorca. No sé cómo lo hizo pero Calatayud ese día tuvo que correr, pues tras asistir a la entrega de galardones de la Cruz Roya y ofrecer una conferencia en el palacio de Bibataubin, se quitó la corbata para compartir hasta las dos de la tarde con la comunidad educativa de estos pueblos.
Junto a él estuvo en la mesa la psicóloga del equipo de Orientación de la zona, Esther Ligero Rey. En estas charlas el juez de las medidas educativas expone sus ideas de forma contundente lo que unido a su voz grave y a la ilustración con gran número de casos reales hace que resulte del todo convincente.
Las ideas principales las repite una, dos y hasta más veces. “El que la hace, la paga”, por ejemplo, es una de sus preferidas. “No creáis que porque sois menores de edad no tenéis responsabilidades”, insiste, tras lo que informa el tiempo de internamiento al que se arriesga un menor dependiendo de su edad y gravedad del delito. “Si os dicen que no pasa nada os están engañando”, apostilla por si aún no ha quedado claro. Luego viene los ejemplos: el caso del ladrón del telepizzero que asaltaba a los repartidores porque estaba enganchado a las máquinas tragaperras. También comentó las otras medidas que se adoptan como la libertad controlada o las de trabajos en beneficio de la comunidad que tanta popularidad le han dado a Emilio. Por ejemplo, doscientas horas limpiando botellón, acompañar niños con cáncer o pasear personas mayores cuando los delitos están relacionados con destrozos de mobiliario urbano, robos a menores o a personas de avanzada edad. “Que has cometido un delito porque te miran mal pues 50 horas limpiando espejos”, “Que te han pillado ensuciando las paredes, pues a limpiar los graffitis del Juzgado de Menores, eso sí sustituyendo el peligroso ácido por el inocuo papel de lija. Tú lo has hecho, tú lo pagas”, insistió una vez más.
Responsabilidad de la familia
Más adelante hizo especial hincapié en la responsabilidad de las familias. “Siempre que llega un menor al Juzgado es que algo pasa en la familia”, afirmó. A continuación también relacionó esta situación con el fracaso en los estudios. En alusión a los casos de violencia escolar recomendó que “hay solución, pero para ello hay que denunciar, no se tiene que tapar porque entonces irá a peor”.
Más adelante hizo especial hincapié en la responsabilidad de las familias. “Siempre que llega un menor al Juzgado es que algo pasa en la familia”, afirmó. A continuación también relacionó esta situación con el fracaso en los estudios. En alusión a los casos de violencia escolar recomendó que “hay solución, pero para ello hay que denunciar, no se tiene que tapar porque entonces irá a peor”.
Luego vendrían los ejemplos más crudos. El caso del chico con su motillo y su chica de paquete, ambos con el casco en el codo, que tienen la mala suerte de golpear a una anciana que cruzaba un semáforo; o el de joven que cometió 12 violaciones en la zona granadina de los Alminares. En sendos casos los padres aún están pagando los delitos del hijo pues fueron condenados con millonarias indemnizacíones económicas. También incidió en el tema de la droga comenzando por informar por los altos precios de la cocaína y de la heroína. “Los camellos no son tontos, si os la regalan es porque os quieren enganchar”, aclaró. “Los menores tenéis derecho pero también obligaciones”, redondeó antes de terminar su exposición.
En el turno de preguntas se le interrogó sobre el incremento de las chicas en actos delictivos a lo que respondió que se ha pasado de un 5 a un 15 % , “de cien, 85 son chorizos y 15 longanizas”, bromeó tras lo que dijo que, aunque menos, cuando se produce este caso “son más duras e inteligentes”. También se dan cada vez más situaciones de maltrato familiar en la que la causante es mujer. Por su parte, a la intervención del orientador Pepe Ortiz acerca de la gran cantidad de derechos y escasez de deberes el juez destacó que “no tenemos que tener complejos por si nos llaman fachas. Yo no soy colega de mi hijo, ni los profesores son iguales que los alumnos. No hay que tener miedo a prohibir”. A ello añadió las contradicciones que estamos viviendo porque “yo no puedo fumar en mi despacho y un menor se puede emborrachar en la calle”. Terminó recomendando a los padres “EL EQUILIBRIO ENTRE LA AUTORIDAD Y LA FLEXIBILIDAD”. También lanzó una interrogante sobre el derecho a saber o el derecho a la intimidad que señaló con dos casos desgraciadamente cada vez más habituales ¿Qué debe prevalecer el derecho a la intimidad de un hijo o que el padres sepan que ha ingresado en urgencias en coma etílico ? ¿Qué debe prevalecer la intimidad de una chica o que sus padres sepan que están destrozando su cuerpo con la píldora del día después?
Antes de finalizar la sesión la compañera de mesa del juez le interrogó sobre los pasos a seguir por las autoridades municipales, aprovechando que en la sala estaban presentes los alcaldes de las cuatro localidades.Calatayud reclamó el apoyo de los padres “si no queremos que los niños se conviertan en pequeños tiranos”.
Tras el agradecimiento por su colaboración de parte de ESther Ligero y un sonoro aplauso de los asistentes el juez fue obsequiado con una cesta con productos de la zona.