El grupo de alumnos del centro de educación de adultos se reencontró con nuestro quejigo de casi quinientos años.
07/03/2007.- El Centro de Educación Permanente de Alhama, denominado “Alhucema”, ha realizado una excursión a nuestro árbol centenario, un quejigo que se encuentra en el pago de Júrtiga. Esta excursión se enmarca dentro del calendario de actividades que este centro tiene planificadas para el presente curso lectivo.
El pasado martes, día 6 de marzo, con una temperatura muy agradable, y con ganas de pasar un día de campo y convivencia, el grupo de unas treinta personas partió desde la plaza del Rey, donde se fueron reuniendo para planificar el recorrido definitivo, que también consistía en conocer parte de la ruta del “Legado Andalusí” que transcurre por nuestra demarcación, concretamente la de “Ibn Batuta”, por lo que el grupo inició su excursión por el camino del Navazo, siguiendo por el Dotor, hasta llegar a su destino.
En este día claro, que ya deja vislumbrar la primavera, los colores de nuestros campos tienen un brillo especial que, junto con el suave tono celeste de un cielo salpicado de nubes blanquecinas, reforzaba la silueta de este vetusto “Quercus faginea”. Mirarlo, tocarlo, observarlo, supone el reencuentro con casi quinientos años de vida natural de nuestro entorno.
Fueron cinco horas disfrutando de un paisaje, una compañía y un recorrido que nos acercaron más a la tierra de la que formamos parte.
El quejigo fue el protagonista de la jornada
Fotos: Juan Luis Moreno Palacios
Ampliando conocimientos sobre el quejigo
Nombre científico: Quercus faginea Lam, de la familia: Fagaceae
Distribución geográfica: Se encuentra en el sudeste de Francia, Portugal, Marruecos y Argelia. En España se encuentra en todas las provincias salvo en el noroeste y en Baleares.
Descripción botánica:
Talla: árbol de hasta 20 m.
Porte: copa amplia.
Hojas: simples, marcescentes, subcoriáceas, de 3 a 15 cm x 1,5 a 9 cm, de oblongas a obovadas, sinuoso-dentadas, verde oscuras por el haz y con tomento corto que a veces se desprende por el envés.
Fructificación: fruto en bellota, con corto pecíolo, bastante cilíndrico.
Floración: entre marzo y abril.
Los frutos maduran en septiembre del mismo año.
Hábitat Altitud: el óptimo se encuentra entre 600 y 1.200 m.
Suelo: indiferente o calizo.
Orientación: especie de media luz.
Precipitaciones / riego: necesita humedad.
Temperatura: soporta mínimas invernales de hasta -12ºC.
Observaciones: Es una especie restauradora de suelos; regula la escorrentía y la infiltración de las precipitaciones.
Conozcamos ahora en la Ruta de los Almorávides la de Ibn Batuta, dentro del Legado Andalusí
Esta ruta une a través del estrecho de Gibraltar el camino que seguían las caravanas que partían desde Senegal y atravesaban Marrakech para llegar hasta Al-Andalus. La ruta asciende desde la costa y atravesando los paisajes serranos de Castellar, Jimena de la Frontera y Gaucín llega hasta la ciudad de Ronda. Este camino desde la costa hasta Ronda fue utilizado en otros tiempos por los contrabandistas, todo un sueño para los admiradores de personajes como Curro Jiménez. Una vez en Ronda el siguiente destino es Antequera. Cabe destacar el paso por el valle del Chorro, un paraje de gran belleza natural por cuyo pantano se atraviesa el río Guadalhorce. En Antequera se abandona la ruta de los Almorávides para enlazar con la de Ibn-Battuta, que a través del Boquete de Zafarraya atraviesa la sierra malagueña de la Axarquía. A continuación se entra en el corazón de Granada, pasando por Alhama, localidad famosa por sus aguas medicinales, y Malaha, donde se visitarán unas antiguas termas romanas y árabes. Por último, desde la villa de Las Gabias en plena Sierra Nevada se divisa Granada, el fin del viaje. Esta ruta recorre unos 324 kilómetros en total.
Asi pues, y resumiendo, el recorrido de esta ruta es el siguiente: Algeciras-Jimena-Gaucín-Ronda-Burgo-Valle de Abdalajís-Antequera-Zafarraya-Alhama-Malaha-Granada.
Y para finalizar la exursión sepamos algo sobre el propio Ibn Batuta
Ibn Batuta fue Viajero incansable, desde su ciudad natal, Tánger, recorrió el mundo islámico del Norte de África hasta la India. Posteriormente se dirigió al sur de Rusia, China y las costas de Malabar y Sumatra. De vuelta a Tánger, recorrió los reinos negros subsaharianos que los árabes denominaban Bilad-al-Sudán ("tierra de negros"), llegando al Níger y a la ciudad de Tombuctú. La crónica de sus viajes mezcla la creación literaria con descripción etnográfica, constituyendo un documento imprescindible para el estudio de las culturas con las que contactó.
La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI hizo que el rey taifa de Sevilla, al-Mutamid, le invitase a instalarse en al-Andalus para frenar el avance cristiano. Después de las victorias de Zalaca y Uclés los almorávides lograron someter a todos los reinos de taifas, menos el de Zaragoza, pero su austeridad inicial se desvaneció en la Península sucumbiendo como organización política en 1145. Paralelamente a que los almorávides se relajaban en al-Andalus, en Marruecos otro jefe beréber, Muhammad ibn Tumart, predicó una nueva vuelta a la austeridad en 1124 fundando la secta de los almohades, que sustituyó tanto en el plano poético como religioso a los almorávides. El sultán Abd al-Mumin (1130-1163) fue el auténtico creador del imperio almohade que se extendió desde la costa atlántica hasta Trípoli, que conquistó en 1160. Marruecos, Túnez, Argelia y parte de Libia quedaban sometidas al poderío almohade que lindaba con el imperio fatimí de Egipto. El máximo esplendor almohade se alcanza con Abú Yusuf Yaqub, más conocido como al-Mansur (1184-1199), que instaló su capital en Sevilla y se convirtió en el señor de ambas partes del estrecho de Gibraltar. La caída del poderío almohade se inició con la derrota de las Navas de Tolosa (1212) frente a una coalición de soberanos cristianos hispánicos. La pérdida de al-Andalus concentró de nuevo el poderío almohade en Marruecos todavía durante unos cincuenta años más, hasta que por su propia descomposición interna surgieron del mismo varios pequeños reinos independientes.
En este día claro, que ya deja vislumbrar la primavera, los colores de nuestros campos tienen un brillo especial que, junto con el suave tono celeste de un cielo salpicado de nubes blanquecinas, reforzaba la silueta de este vetusto “Quercus faginea”. Mirarlo, tocarlo, observarlo, supone el reencuentro con casi quinientos años de vida natural de nuestro entorno.
Fueron cinco horas disfrutando de un paisaje, una compañía y un recorrido que nos acercaron más a la tierra de la que formamos parte.
El quejigo fue el protagonista de la jornada
Fotos: Juan Luis Moreno Palacios
Ampliando conocimientos sobre el quejigo
Nombre científico: Quercus faginea Lam, de la familia: Fagaceae
Distribución geográfica: Se encuentra en el sudeste de Francia, Portugal, Marruecos y Argelia. En España se encuentra en todas las provincias salvo en el noroeste y en Baleares.
Descripción botánica:
Talla: árbol de hasta 20 m.
Porte: copa amplia.
Hojas: simples, marcescentes, subcoriáceas, de 3 a 15 cm x 1,5 a 9 cm, de oblongas a obovadas, sinuoso-dentadas, verde oscuras por el haz y con tomento corto que a veces se desprende por el envés.
Fructificación: fruto en bellota, con corto pecíolo, bastante cilíndrico.
Floración: entre marzo y abril.
Los frutos maduran en septiembre del mismo año.
Hábitat Altitud: el óptimo se encuentra entre 600 y 1.200 m.
Suelo: indiferente o calizo.
Orientación: especie de media luz.
Precipitaciones / riego: necesita humedad.
Temperatura: soporta mínimas invernales de hasta -12ºC.
Observaciones: Es una especie restauradora de suelos; regula la escorrentía y la infiltración de las precipitaciones.
Conozcamos ahora en la Ruta de los Almorávides la de Ibn Batuta, dentro del Legado Andalusí
Esta ruta une a través del estrecho de Gibraltar el camino que seguían las caravanas que partían desde Senegal y atravesaban Marrakech para llegar hasta Al-Andalus. La ruta asciende desde la costa y atravesando los paisajes serranos de Castellar, Jimena de la Frontera y Gaucín llega hasta la ciudad de Ronda. Este camino desde la costa hasta Ronda fue utilizado en otros tiempos por los contrabandistas, todo un sueño para los admiradores de personajes como Curro Jiménez. Una vez en Ronda el siguiente destino es Antequera. Cabe destacar el paso por el valle del Chorro, un paraje de gran belleza natural por cuyo pantano se atraviesa el río Guadalhorce. En Antequera se abandona la ruta de los Almorávides para enlazar con la de Ibn-Battuta, que a través del Boquete de Zafarraya atraviesa la sierra malagueña de la Axarquía. A continuación se entra en el corazón de Granada, pasando por Alhama, localidad famosa por sus aguas medicinales, y Malaha, donde se visitarán unas antiguas termas romanas y árabes. Por último, desde la villa de Las Gabias en plena Sierra Nevada se divisa Granada, el fin del viaje. Esta ruta recorre unos 324 kilómetros en total.
Asi pues, y resumiendo, el recorrido de esta ruta es el siguiente: Algeciras-Jimena-Gaucín-Ronda-Burgo-Valle de Abdalajís-Antequera-Zafarraya-Alhama-Malaha-Granada.
Y para finalizar la exursión sepamos algo sobre el propio Ibn Batuta
Ibn Batuta fue Viajero incansable, desde su ciudad natal, Tánger, recorrió el mundo islámico del Norte de África hasta la India. Posteriormente se dirigió al sur de Rusia, China y las costas de Malabar y Sumatra. De vuelta a Tánger, recorrió los reinos negros subsaharianos que los árabes denominaban Bilad-al-Sudán ("tierra de negros"), llegando al Níger y a la ciudad de Tombuctú. La crónica de sus viajes mezcla la creación literaria con descripción etnográfica, constituyendo un documento imprescindible para el estudio de las culturas con las que contactó.
La conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI hizo que el rey taifa de Sevilla, al-Mutamid, le invitase a instalarse en al-Andalus para frenar el avance cristiano. Después de las victorias de Zalaca y Uclés los almorávides lograron someter a todos los reinos de taifas, menos el de Zaragoza, pero su austeridad inicial se desvaneció en la Península sucumbiendo como organización política en 1145. Paralelamente a que los almorávides se relajaban en al-Andalus, en Marruecos otro jefe beréber, Muhammad ibn Tumart, predicó una nueva vuelta a la austeridad en 1124 fundando la secta de los almohades, que sustituyó tanto en el plano poético como religioso a los almorávides. El sultán Abd al-Mumin (1130-1163) fue el auténtico creador del imperio almohade que se extendió desde la costa atlántica hasta Trípoli, que conquistó en 1160. Marruecos, Túnez, Argelia y parte de Libia quedaban sometidas al poderío almohade que lindaba con el imperio fatimí de Egipto. El máximo esplendor almohade se alcanza con Abú Yusuf Yaqub, más conocido como al-Mansur (1184-1199), que instaló su capital en Sevilla y se convirtió en el señor de ambas partes del estrecho de Gibraltar. La caída del poderío almohade se inició con la derrota de las Navas de Tolosa (1212) frente a una coalición de soberanos cristianos hispánicos. La pérdida de al-Andalus concentró de nuevo el poderío almohade en Marruecos todavía durante unos cincuenta años más, hasta que por su propia descomposición interna surgieron del mismo varios pequeños reinos independientes.