Jerónimo Münzer, quien destacó a Alhama ante los Reyes Católicos


 
 Jerónimo Münzer fue un ilustre viajero alemán, médico y científico renombrado, acaudalado, que fue recibido por los Reyes Católicos en su viaje por la Península Ibérica a finales del siglo XV, teniendo un especial recuerdo para la Alhama que visitó en octubre de 1494 cuando les sintetizó su viaje a los monarcas.

Jerónimo Münzer, quien destacó a Alhama ante los Reyes Católicos
"Alhama histórica"
Andrés García Maldonado

 Fue un 27 de octubre, el del año 1494, cuando viajando de Granada y camino hacia Málaga, llegó hasta nuestra Alhama el viajero alemán Jerónimo Münzer, autor de "Itinerario sive peregrinatorio per Hispaniam, Franciam et Alemaniam", cuya parte correspondiente a nuestro país llegó a considerarse como "la más importante relación de viajes por España de toda la Edad Media", en palabras del profesor Farinelli, como recoge José García Mercadal en su magnífica obra "Viaje de extranjeros por España y Portugal", la que transcribe íntegramente lo escrito por Münzer en relación a su largo viaje por toda la Península Ibérica entre septiembre de 1494 y febrero de 1495.

 Jerónimo Münzer, quien latinizando su nombre se llama Hieronymus Monetarius, nacido en Alemania, se afirma que en una localidad de Volzelberg, estudia desde 1464 en la Universidad de Leipzig donde obtiene seis años después el título "Maigister Atrium", iniciándose en la actividad docente, a la par realiza estudios de Medicina hasta 1476, año en el que se traslada a la Universidad de Pavia. Vuelve a Nuremberg y ejerce la medicina con gran éxito. Al mismo tiempo, puso en evidencia sus cualidades de buen geógrafo y astrónomo tanto en el transcurso de sus viajes como en sus mismos escritos.

 Junto con su hermano Ludwig consiguió una gran fortuna, la que destino en gran parte a contar con una excepcional biblioteca personal, más amplia y de mayor contenido que muchísimas de las que se citaban de los monasterios y reales existentes por Europa.


Mapa de Alemania en el siglo XV

 Este destacado viajero alemán, acompañado de tres amigos que hablaban diversas lenguas, con los que recorrió Alemania, Suiza, Francia, España y Portugal, estuvo en nuestro país cinco meses, exactamente desde el 17 de septiembre de 1494 al 9 de febrero de 1495: "Viajaba a caballo, alquilándolos a los arrieros -nos narra García Mercadal-, y aunque desconocía nuestro idioma, probablemente lo hablaría alguno de los tres amigos que le acompañaban. Su conocimiento del latín le permitió entenderse directamente con algunas personas, sobre todo con clérigos y monjes, pudiendo hallar también, en las principales ciudades de nuestro país, muchos mercaderes del suyo, que agasajaran debidamente a sus compatriotas".

 Viajando de Narbona a Perpiñan, llega a España por Cataluña, iniciando así su recorrido por nuestro país, visitando, entre otras muchas ciudades y lugares, Gerona, Barcelona, Valencia, Játiva, Alicante y, camino de Almería, tras pasar Murcia, pernocta en Alhama de Murcia, de la que escribe "llegamos a un lugarejo de unas treinta casas, llamado Alhama, que tiene un castillo en lo alto de su monte, unas termas de agua clara..." No piense el lector que trascribo estas líneas por el calificativo de "lugarejo" para nuestra homónima de Murcia, la que, por supuesto, es hoy en día una gran y acogedora ciudad como lo ha sido en estos últimos siglos, sino para que se refleje la diferencia que existía entre las dos Alhama y cómo, cuando en aquella época se decía "Alhama" a secas la referencia era a la nuestra, como haría este mismo viajero ante los Reyes Católicos y recogemos más adelante.



 Al día siguiente de partir de Alhama de Murcia, ya 16 de octubre de 1494, entra en el reino de Granada y llega hasta Vera, continuando el viaje por Almería y Guadix hasta Granada, donde es recibido por la máxima autoridad de la misma, don Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, quien "recibionos con muchas muestras de amor y amistad. Hablóme en latín, porque es muy docto,..." Y estamos seguros que, interesándose por su viaje y las poblaciones que iba a visitar, el conde de Tendilla, tan vinculado a Alhama, le hablaría también sobre nuestra ciudad.

 Münzer, que escribe ampliamente sobre el reino de Granada en los momentos que lo visita, destaca como ciudades más importantes de su litoral a Almería, Almuñecar, Vélez-Málaga y Málaga, por el orden que las visitó, y del interior Baza, Guadix, Granada, Lorca -aquí cometió un error bien en situación, bien en su denominación-, Alhama, Ronda y Marbella.

 Habla ampliamente de como comenzó la guerra de Granada con la toma de Alhama, no estando excepto de repetidos errores históricos, a pesar de que tan sólo habían trascurrido doce años de aquel acontecimiento del inicio de la contienda y poco más de dos y medio de su finalización, pero su dificultad con el idioma le hubo de llevar a estos deslices, entre los que se encuentra la presencia de un cristiano cautivo que es el que conduce a las tropas de don Rodrigo Ponce de León, o como este pide ayuda al rey de Portugal cuando se ve sitiado en Alhama.

LLEGADA A ALHAMA

 Tras su estancia en Granada, que fue gratísima, destacando las atenciones que tuvo con él el conde de Tendilla, Münzer emprende el camino hacia Málaga por Alhama: "El día 27 de octubre salimos de la gloriosa ciudad de Granada. Caminando primero por una deleitosa vega, luego por un terreno montuoso, llegamos al fuerte castillo de Alhama, situado en lo alto de un cerro. No lejos de éste hay unas termas de agua purísima y bastante caliente, que no tiene otro sabor, según advertí al probarla que el que pueda tener el agua de más exquisita calidad. El rey de Granada mandó hacer allí un baño muy suntuoso, con piso de mármol, tres soberbios arcos y lucernas en la parte superior. Fue el citado castillo uno de los primeros que tomó el generoso marqués de Cádiz, guiado y persuadido por cierto cristiano que había estado muchos años cautivo en aquella fortaleza, y llegando de noche, escalándola, mataron a los guardias y se hicieron dueños de la plaza. Mucho pudiera escribirse de este noble marqués, ya difunto, que estuvo en toda la guerra. Alhama dista siete leguas de Granada.

 Pernocta en Alhama y, a la mañana siguiente, 28 de octubre de 1494, reemprende el viaje "subiendo altas montañas y después descendiendo seis leguas largas hacia la costa", llega a Vélez- Málaga, y de aquí sigue su largo viaje por Málaga, Sevilla, Portugal, Galicia, Salamanca, Guadalupe, Toledo y Madrid.


Madrid a finales del siglo XV

 En Madrid, donde se encontraban, es recibido, junto con sus compañeros de viaje, por los Reyes Católicos y, cumplido el saludo reverencial, pronuncia unas bellas palabras en la que, tras elogiar a los soberanos, efectúa una síntesis del viaje que ha realizado por España y, entre las pocas poblaciones que cita, recuerda a Alhama.

"...ALHAMA, MÁLAGA Y SEVILLA"

 "Después de atravesar las tierras de Germania y las comarcas francesas de Lyón y Narbona, entramos en España por Perpiñan, cabeza del condado de Rosellón, que, dado en prenda al rey Luis, fue liberado y restituido por su hijo Carlos al suave yugo de vuestro cetro. Pasados los altos Pirineos, pusimos la planta en el condado de Cataluña, luego en la ínclita y famosa Barcelona, aquella ciudad que, ensoberbecida con su riquezas, osó rebelarse contra sus reyes, llegando por ello casi al borde de su ruina, aunque ya parece que, gracia s vuestra magnificencia, está en vías de redención; visitamos el monasterio de Monserrat, tan celebrado por sus milagros y sus ermitas; el de Poblet, noble sepultura de monarcas, y la ilustre Valencia, en la que vimos cuanto encierra de notable; caminamos por el reino granadino, salvando altísimos y apartados montes, que a modo de robusta muralla defienden la entrada de aquella tierra; vimos el magnífico puerto de Almería, la ciudad de Guadix, la preclarísima Granada, donde fueron nuestros guías el conde de Tendilla y el reverendo arzobispo; Alhama, Málaga y Sevilla, lugar en el que nos aguardaba el espectáculo asombroso de los hombres traídos de las Indias, descubiertos bajo vuestros auspicios, seres que hasta hoy permanecieron ignorados de la gentes e insigne prodigio en el que muchos no creen todavía. Desde Sevilla nos dirigimos a Portugal, en donde el mismo rey hubo de ilustrarme en las cosas concernientes a Etiopia, así como a las tierras meridionales; luego, en fin, visitamos a Santiago. Salamanca y Toledo".

 Al día siguiente de la audiencia real, Münzer y sus compañeros parten para Zaragoza y, desde esta, siguen viaje a Navarra, desde donde, el 9 de febrero de 1495, salen de España por Roncenvalles.


Iglesia de San Sebaldo, de Núremberg, donde está enterrado

 Jerónimo Münzer, que continuó sus estudios e investigaciones, también siguió agrandando su fortuna, muriendo el 27 de agosto de 1508, dedicando su fortuna a financiar la iglesia de Feldkirch, donde se conserva gran parte de su biblioteca, siendo enterrado en la iglesia de San Sebaldo en la ciudad de Núremberg, donde hace unos años visitamos su tumba.