Tras la suspensión de los encuentros senderistas previstos para este fin de semana pasado del día 11 de noviembre, sólo una llamada telefónica fue necesaria para poner nuestra maquinaria en marcha, teníamos una ruta precisamente para épocas de lluvia con su final en los sumideros de Zafarraya y esa fue la elegida.
A las ocho de la mañana y mirando siempre hacia el cielo de ese día, un grupo de intrépidos senderistas nos dimos cita en nuestro lugar de salida en total 14 personas, bien pertrechados para lo que se podía avecinar y con una buena dote de buen humor, sin dejar de mirar de reojo hacia el plomizo cielo, se presagiaban chubascos de leve lluvia, y a partir de los 1.600 metros de altitud algún copo de nieve.
En vehículos particulares nos desplazamos hasta nuestra vecina localidad de Zafarraya, protagonista hoy de nuestra ruta, allí delante de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, nuestros compañeros/as, no solo nos estaban esperando sino que como siempre que acudimos a nuestras citas senderistas por su contornos, nuestra queridísima socia Carmen nos obsequia con esa bebida que nos carga las pilas antes de comenzar a caminar “el resoli”, bebida mágica ya para nosotros y que sin ella no recorremos ni un solo metro sino damos cuenta de un par de chupitos.
Partimos desde este punto un total de 28 personas, entre nuestros socios/as y algunos vecinos de Zafarraya, conocedores de la ruta y sus contornos. Felipe y Eduardo eran nuestros guías en esa mañana. Confiando nuestros pasos a los suyos, comenzamos a caminar por las calles del pueblo, muy tranquilas a esa hora, saliendo a campo abierto por el camino que se dirige a la zona del Calar.
Antes de acceder por una recóndita “verea” de ganado hacia los pinares de la Sierra de Alhama, visitamos un sumidero cercano al camino, donde pudimos apreciar la fuerza con que el agua de un arroyo se perdía en las profundidades del Llano, tras esta inesperada visita, comenzamos en subida a penetrar en el pinar por una cerca de ganado.
El carril de forestación existente era la vereda a seguir, la humedad de este tramo era tremenda, ya los primeros pinos estaban pintados por el verde intenso de los musgos que se adhieren a sus troncos, dándole a los arboles un precioso y colorido aspecto, subiendo y subiendo, una tremenda cuesta llena de piedras por la escorrentía de la lluvia, puso a prueba el equilibrio y nuestras fuerzas en este primer tramo, hasta llegar al final de la misma donde el carril se suaviza a derechas y toma la dirección del denominado Cerro del Palique.
Este tramo siguiente de la ruta fue fácil, además el aspecto de los pinos y las rocas pintadas por los musgos de un verde intenso, nos dejaba llevar la imaginación, pensando en algunos rincones en esos bosque escoceses llenos de hadas, duendes, enanos y trolls, personajes dignos de cualquier cuento de origen celta.
Por este paraje, la lluvia que hasta ese momento estaba ausente, hasta incluso nos acompaño el sol en un buen tramo, la lluvia como os cuento ya comenzó a ser la protagonista, los chubasqueros y los cortavientos comenzaron a cubrirnos con las capas de ropa suficientes para ir bien abrigados.
Al cabo de un corto trecho, ya salimos de este pinar Carrasco, donde las plantas aromáticas, las aulagas, los majoletos, alguna sabina que otra y también algunas encinas, daban una pista sobre el tipo de bosque que predomina en Sierra Alhama, un ejemplo claro de bosque mediterráneo.
La herida de la cantera del cerro del Moro, apareció delante de nosotros, el camino ya en bajada nos fue llevando hasta la mismísima carretera que va desde Zafarraya hasta el pueblo Malagueño de Alfarnate, distante de aquí unos pocos kilómetros.
Pisamos unos pocos metros de asfalto y a la izquierda entramos en el que va ha ser nuestro próximo sendero, hasta la mismísima Ventilla de la leche, lugar que fue venta de caminos para el descanso del trasiego de personas , carros, animales de carga y todo tipo de personajes , que desde esta zona malagueña comerciaban e iban de paso atravesando la zona del Llano de Zafarraya para bajar a la costa y hacia la zona alhameña y la Axarquía, pisamos la Cañada Real de Alfarnate a Vélez Málaga, camino muy principal que le daba una vida envidiable a esta zona.
Los cortijos y ventillas son muy numerosos por estos parajes, los cultivos arbóreos y también el aprovechamiento del encinar que prolifera por esta zona para la ganadería, en un tramo del camino descubrimos un humedal natural de poca extensión a cuyo alrededor hay unos pozos de agua con una forma constructiva muy especial, nos acercamos a uno de ellos para verlo desde más cerca.
La Venta de la Leche, se veía ya cerca desde los pozos, llegamos hasta ella tras cruzar la carretera y allí en su porche nos dispusimos a descansar y coger fuerzas para la vuelta, y fue sacar los bocadillos para comer cuando oleadas y oleadas de agua nieve aparecieron como por arte de magia, apiñados en 20 metros cuadrados , al abrigo del porche de entrada a esta preciosa casa rural , que estaba cerrada, nos pertrechamos lo mejor que pudimos para afrontar la vuelta en medio de un tremendo vendaval de viento y aguanieve.
No amaino el agua nieve , mientras comíamos y decidimos hacer la vuelta desandando nuestros pasos, ya que la otra opción para llegar a los sumideros se presentaba peligrosa, sobre todo en una bajada que tenia, para encontrar la “verea” hasta el barranquillo que llega al camino de los mismos, ya en el Llano, porque en un buen tramo había que andar prácticamente campo a través , con tierra de labor y piedras, y eso en esas condiciones , era peligroso, por lo que optamos por desandar nuestros pasos, haciéndolo por una vereda que pasa por delante de la cantera y que a la derecha se desvía por debajo del antiguo vertedero de basuras de Zafarraya, propiciando un extraño paisaje para caminar, entre desechos de automóviles, enormes ruedas de tractor, huesos de animales, ruedas más pequeñas y todo tipo de restos, hasta encontrar otra vereda, esta de ganado, que entre encinas y aulagas nos dejo en el camino del cortijillo del Palique y unos metros más adelante de nuevo en la carretera.
Tras andar por ella unos trescientos metros, entrando en la vereda del Almendral y abandonándola, en un cruce a la derecha, dirigiendo nuestros pasos hacia el paraje donde se encuentran los Sumideros, la lluvia había cesado y el sol hizo una débil aparición, no dejándonos ya hasta que llegamos a Zafarraya.
El paraje de los sumideros, esta a tan solo dos kilómetros del centro urbano, está preparado para visitarlo, gracias a un proyecto de la Asociación para el Desarrollo Sostenible del Poniente Granadino.
Es un mirador con una baranda de madera y un cartel informativo que nos explica a los caminantes que son, como funcionan y porque se forman estos desagües, típicos de los terrenos de materiales kársticos, estos en concreto aparecieron en el periodo Jurasico, condicionando por su naturaleza el funcionamiento hidrogeológico de este acuífero.
Y básicamente se trata de una red de sumideros, fisuras y grutas que llevan el agua de los arroyos y barrancos que confluyen en este punto a un lago subterráneo, que es el origen de la riqueza acuífera del Llano y que se extrae por medio de pozos para el regadío de sus 300 km2 de superficie cultivable.
La parte final de esta ruta, tras la visita al sumidero, fue muy agradable, las últimas lluvias habían dejado huella en este tramo final de camino, a ambos lados del mismo se extendía una enorme laguna cuyas aguas brillaban al sol, dejando a los cultivos empantanados dentro de la misma, donde una bandada de fochas nadaban tranquilamente bajo una línea de membrillos inundados hasta la mitad de sus troncos, un paisaje extraño y luminoso iba quedando atrás en este día en que nuestro grupo supo sacarle los colores al mal tiempo haciendo una buena ruta, en total veinte kilómetros y trescientos metros, que tras cinco horas y media supimos sacarle todo el partido, además y hasta este final de crónica no lo he referido, más de un socio/a, se llevo a casa algún “kilillo” de setas encontradas a nuestro paso.
Recomiendo que, estando tan cerca este espectáculo de la naturaleza (los sumideros de Zafarraya), cuando llueva hay que dejarse caer por este mirador al sumidero es muy gratificante y tras ver como el agua se pierde por sus grietas, luego una visita a Zafarraya para adentrarse por sus calles, visitar las ruinas de su vieja iglesia, visitar el mirador al Llano y luego unas cervezas, nos ayudaran a conocer este pueblo tan especial y echar una buena mañana o una mejor tarde.
Nuestra próxima salida |
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Recomendaciones para nuestros socios para esta ruta del 25/11/2012 - Llevar ropa y calzado adecuados para la práctica del senderismo. - Llevar comida y agua. - Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa, es muy importante. - Se recomienda llevar también siempre en vuestra mochila: toalla y un chubasquero o cortavientos. - Se recomienda llevar unas gafas de sol y alguna crema protectora. - Se ruega estricta puntualidad a la hora de la salida de esta ruta. |
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La junta directiva a los socios del club: |
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