La bizca mirada.Carnavaleando

 De todas cuantas tradiciones populares incitan al desenfreno, la lujuria  y el despiporren, es el carnaval  la más desenfrenada, lujuriosa y despiporrante de todas; fiesta de origen pagano y demoniaco, en ella nada es lo que parece y nada  parece lo que es. Los hombres visten de mujer,  las mujeres de hombres y todos gozan entusiásticamente de la música, el vino y las más sabrosas viandas. La lujuria, la pereza, la gula señorean durante los días en los cuales las calles son tomadas por el pueblo y las letras satíricas que murgas y comparsas cantan ponen en solfa (y en todas las demás notas del pentagrama) a personas, instituciones, costumbres tradiciones y leyes.

 Harían bien nuestras autoridades en, antes que alentar tales desmesurados desmanes y desordenes, implementar medidas adecuadas para  frenar tales actos lúdicos, lúbricos y disolutos. Bien es cierto que ello no es fácil, que el carnaval esta tan firmemente enraizado en nuestra comarca que ni siquiera en tiempos del anterior régimen se pudieron erradicar tales excesos y en toda España estaba firmemente prohibido, más en estas tierras no hubo más remedio que permitir la salida de murgas y comparsas, como sin duda recordaran quienes tengan edad de recordar o hayan escuchado a sus mayores contarlo.

 Y hoy, como ayer y como mañana, las calles de Alhama se llenan de propios y extraños entregándose a la alegría, las risas al “¡que torpe que no me conoces “! a escuchar a murgas y comparsas cantando las cosas ocurridas en el año en nuestro pueblo, bajo el prisma de la crítica, siempre bien intencionada, y el colorido de disfraces, mascaras y mascarones, el bullicio de toda suerte de gente entregada al más censurable frenesí se apropia de nuestro pueblo, por lo común tranquilo, laborioso y ordenado.

 Y todo ello con la complicidad de las autoridades que, lejos de intentar poner fin a todo ello, lo alientan, impulsan y subvencionan e incluso participan en ello. ¡Escándalo, es un escándalo!.

 Pongo fin ya a estas reflexiones con el deseo de que tomen nota quienes de ello deben tomar.

 Severo Mala Fondinga y de Malafolla.
 Fuera pollás, a disfrutar  a tope del Carnaval.

Granico.