La bizca mirada. Carta de Graco Lípido Tranquilo a Antonio



Caro Antonio:
Si hasta ahora he transigido en acallar mi cálamo en pro de la amistad que nos une, ya no me es posible continuar siendo benevolente con esos desatinos tuyos, que con el nombre de miradas, afligen semanalmente a tus conciudadanos.

 
Imagen: El autor de esta sección disfrazado como corresponde para el Domingo de Piñata.

¿Qué inquina guardas contra tus paisanos, a la gente que te acogió con los brazos abiertos tras tu llegada de las frías tierras del norte y a las que debes eterna gratitud?. ¿Porqué las maltratas semana a semana?, con tus mal razonados discursos en los que hablas de lo que no sabes, y pontificas de lo que ignoras,causas a tus semejantes tedio, sopor y modorra

No negaré que dos o tres lectores te siguen, mas, hora es de que lo sepas, lo hacen movidos por la conmiseración y la pena. Gente abnegada digna de todo encomio que sacrifica el tiempo de su ocio en leerte, como otros hacen otras obras de caridad.

Debo decirte, propia de los amigos es la verdad desnuda, que refrenes tu pluma, siquiera en estas fechas gozosas del carnaval y des algún alivio al sufrimiento de tus paisanos para que puedan disfrutar de los deleites del Domingo Piñata sin tener resonando en la mente las palabras delirantes de algún sermón de esos con que sueles fustigar a tus lectores.

¿Hasta cuándo Antonio abusaras de su paciencia?, ¿hasta cuándo serán juguete de tu ira?, ¿no cesarán nunca tus bizqueos?

Toma por bueno el consejo de tu buen Graco Lípido y, al menos en estos días de regocijo, jolgorio, festejos y alegría cesa en tus ataques y retírate a los Montes de Armenia, donde ni moros ni cristianos sepan de ti.

Tuyo afectísimo Graco Lípido Tranquilo