2-mayo-2017, martes



Las calderas de la 'esencia' (2)

 Desde la nacencia del mundo, la naturaleza, fuente viva de belleza, ¡no cambia!, el otoño, de la mano del verano, se presenta, en tonos glaucos, ante el riguroso invierno, y éste, harto de frio y "temblaera", sobre alfombra verde, da paso a la primavera. Sí, es en primavera, cuando los almiares, de salvia, alhucema o tomillo, segados entre riscos y laderas, van dejando en las calderas, su esencia, o su alma, o su gloria, o su rabia hecha llanto que acompasa el crepitar de la hoguera.

 Las caderas eran cilindros, de más o menos dos metros de diámetro, otros tanto de hondo, de hierro, cerradas con tapa hermética ajustada con cuatro tornillos. Lateralmente, salía un tubo, que se entregaba, transformado en serpentín, en un estanque de enfriamiento, con agua corriente constante. ¿recuerdas la película el perfume?

Felicidades a:
Araceli, Atanasio, Félix, Flaminia, Saturnino, Daniel, Germán, Celestino, Exuperio, Ciríaco, Teódulo, Florencio y Eugenio.
(ARACELI, nombre compuesto de ara (altar pequeño, de libaciones y súplicas) y coeli (genitivo de coelum) del cielo = Altar del cielo.

Hasta mañana, paz y bien.