Atractivo error, en los fundamentos.
Cuando subí, a la alta cota, (55 metros) de la torre de Pisa, comprobé, "in situ", que los turistas, mostraban más interés por saber si la inclinación terminaría, por dar con sus huesos en el suelo, que en su belleza arquitectónica. Y.…, recordando las enseñanzas, magistrales, de mi profesor de Estructuras, D. Manuel Guzmán Castaños, (Arquitectura Técnica. UGR), tomando la palabra, quedé, como un guía instruido.
Los motivos, de la impropia y constante reverencia, estriban, en el incorrecto diseño de la cimentación para un suelo mudable. Los basamentos de tres metros de profundidad ¡resultaron insuficientes! Construidas las primeras plantas y comprobar, que se desnivelan, hacia un lado, fue inmediato. Finaba el siglo XIII. Las plantas superiores, ya en el siglo XIV se, cambia el diseño constructivo, tratando de equilibrar cargas y mitigar la inclinación. Y.…, aquí está.
¡Esta torre, lleva 600 años, haciendo reverencia al dios universal de la belleza y del ingenio de la arquitectura que la mantiene de pie!
Felicidades a:
Benito, Nuestra Señora de la Antigua, Víctor, Acacio, Dominga, Juan, Godón, Dionisio, Eladio y Venebaldo.
(BENEDICTO, nombre, popularizado, por el fundador de la orden benedictina, tan importante en el cristianismo. En español, se prefiere, la forma contracta Benito=bendito.
Hasta mañana, paz y bien.