Lo bueno de los números, es que no engañan.
No, no soy un Pitágorillas, pero, como dicen en mi pueblo, la experiencia, hace al maestro.
Los que tuvimos a D. Manuel Guzmán, de profesor de Cálculo, recordamos el interés y persuasión con que explicaba, el número áureo y la serie de Fibonaci, (Leonardo de Pissa), porque, "queridos alumnos, decía, la Naturaleza es un tratado de Matemática pura".
La sucesión, de números naturales, de Fibonacci: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55 etc, se forma de la siguiente manera: los dos primeros, son 0 y 1.
Empezamos:
"0+1= 1",
"1+2= 3",
"2+3= 5",
"3+5= 8",
"5+8= 13",
"8+13= 21",
¿te has ‘quedao’ con la copla?, y así..., hasta el día del Juicio Final.
Encontramos esta sucesión, en las computadoras, en fundamentos de juegos, en la música, y... ¡cómo no, en la naturaleza!
Felicifades a:
Maximiliano, Emma, Beda, Gregorio, Urbano, Bonifacio, Mª Magdalena, Lesmes, Dionisio y Vicenta.
(MAXIMILIANO, de máximus. Derivados: Máximo, Maximiano, Máximino.)
Hasta mañana, paz y bien.