Tabúes lingüísticos.
¿Eres eufemista ó disfemista?
Mientras, el eufemismo supone buscar palabras o expresiones, "favorables, buenas, es decir un hablar afortunado"
El disfemismo, antítesis del eufemismo, trata de colocar, una palabra o expresión deliberadamente, malsonante, despectiva o insultante en lugar de emplear la "normal", dicho en el sentido de "huérfana de matices" o neutral.
Ejemplo, la expresión: ha muerto.
El disfemista diría: la ha espichao", o "ha estirao la pata", mientras el eufemista elegirá: ha pasado a mejor vida".
Ya se estilaba, en las sociedades primitivas, el eufemista, en evitación de las palabras tabúes, (palabras, socio lo culturalmente prohibidas), en especial, las de carácter religioso. Así, Dios se diría Sumo Hacedor y para referir el demonio empleaban el maligno.
Onomástica de:
Vicente, Ramón Nonato, Arístides, Dominguito del Val, Rufina y Sabina.
(VICENTE, del latín vinco - vincere = vencer.
Sacado del Apocalipsis, 2,17 "Vincenti dabo manna abscónditum..." = *"Al que venza, Vicente, le dará, un maná escondido, y una piedrecilla blanca y en ella un nombre nuevo escrito que nadie conoce, sino quien lo ha recibido".
Un nombre acompañado de esta promesa, forzosamente tenía que ser atractivo.
Y en efecto, se extendió mucho por toda la cristiandad y en todas las épocas.
San Vicente Ferrer nació, en Valencia, 1350-1419 político, teólogo y predicador).
Hasta mañana, paz y bien.