¿Eres de las personas que quisieran conocer su futuro?
No es baladí el menester.
Desde la génesis de los tiempos, el hombre sueña con alcanzar la esencia de hechos por acaecer.
Conocer el porvenir, el futuro (simple o compuesto), es cauce por el que apasiona remar, para saber:
¿Qué me deparará el cielo?
¿Seré de los que suban a Marte?
¿En qué brazos o en qué pecho hallaré consuelo?
¿Dónde las claves a mis dudas?
¿Dónde el borrador de mis yerros?
¿Hasta qué cota llega el amor? ¿... ...? etc., etc.
Por fortuna, aún no tenemos, ni ingenio (artefacto o máquina) ni ingenieros que nos permitan tener respuestas o revelaciones de ese más allá, tan... cercano y desconocido.
Sólo, la ciencia ficción, es capaz de pasear nuestra imaginación por anaqueles ignotos, de placeres intangibles y divertimentos remotos.
Felicitación a:
Dionisio, Rústico, Eleuterio, Lamberto, Diosdado, Andrónico, Atanasia, Publia, Abraham y Lot.
(DIONISIO, nombre griego, procede del dios solar homónimo, dios, de primer orden, pues cuenta con cultos y mitos propios y con doctrinas que llegaron a constituir todo un movimiento religioso de gran alcance, que dejó el terreno abonado para la gran revolución religiosa y humana que representó el cristianismo).
Hasta mañana, paz y bien.