Tiempo de matanza.
Cuando nuevo, en estas fechas, se hacía la matanza, aprovechando el frío del invierno.
En el campo, de modo artesanal, sin más inventos, que el culto a la tradición, sacando, a flor de piel, ingenio, conocencias, erudición, sapiencias, refranes y concejas (¡cuánto sabían los viejos!).
Todos sabían de todo, pero siempre había una mujer, que llevaba las riendas, como en una gran empresa, repartía responsabilidades, a diestra y siniestra:
- Tú lavado de tripas.
- Tú agua en la cadera.
- Tú meneas la sangre.
- Tu tren de cebollas, matalauva, orégano, pimienta, ¡y el resto de especias!
- Las artesas para la morcilla.
- Barreños pa chorizo, salchichones, salchichas, queso de cerdo y un largo, largo etc.
¡Todo bajo control!
Duraba de tres a cuatro días,
Qué exquisito ejercicio de máximo aprovechamiento, de materia prima de trabajo y de tiempo.
¡Cuánto lo echo de menos!
Y..., no porque ya no soy nuevo, sino porque en aquel ambiente rural, sano, humilde, solidario, verdadero, sin luz eléctrica, ni canalizaciones de agua potable, ni calefacción, ni teléfono, aprendí a respetar y a querer, a sentirme útil y no apartarme nunca de mis sueños, en aquel fondo de serranía, nacieron mis primeros versos.
Felicidades a:
Bárbara, Bernardo, Juan Damasceno, Emérita, Teófanes, Isa, Tecla, Cristiano, Félix, Mauro, Melecio, Marutas y Osmundo.
(Santa BÁRBARA, Aaid al Barbara o fiesta de Santa Bárbara se celebra, anualmente el 4 de diciembre, en Siria, Líbano, Jordania y Palestina. Burbara,= plato a base de granos de trigo hervidos, granada, uvas pasas, anís y azúcar).*