"Cosas veredes amigo Sancho...", aunque en Berlín estuvieres.
Anoche, antes de recogernos, la atmósfera era un tanto desapacible, junto a Alexanderplatz, un zorro común (o zorro rojo) cruzó el paso de peatones, sin titubeo ni atisbo de resabio, con asombrosa seguridad en sí mismo y aire desenfadado e indiferente, pasó a nuestro lado, como si estuviera en casa.
¡Y en su casa está! pues forman parte del "mobiliario urbano", comentaban los viandantes y es que los berlineses son gente civilizada y los respetan.
Ni siquiera un perro que, con su dueña, cerca paseaba, se inmutó.
El zorro, silencioso y muy cauteloso, marchó entre la bruma, a buscarse el sustento, en la noche sin luna.
Felicidades a:
Isidoro, Jesús, Basilio, Macario, Adelardo y Marcelino.
Hasta mañana, paz y bien.