Hoy, precisamente el Día de la Guardia Civil, el de la Virgen del Pilar, cuando por toda España se celebra, felicita y reconoce a este Cuerpo, militar y civil, su entrega, esfuerzo y gran profesionalidad al servicio de todos los ciudadanos, por los que en tantas ocasiones, han dado hasta sus vidas y que tanto sufrieron por parte de la banda terrorista más asesina que ha existido en toda nuestra historia, como ha sido ETA, lo que no debe olvidarse jamás, como no lo olvidamos los que tenemos familiares directos que sufrieron sus criminales atentados duramente y les cambió para siempre la vida, viendo compañeros morir en el acto salvajemente, sin la menor misericordia. Ahora concluimos el amplio artículo dedicado por “Alhama Comunicación” y quien esto escribe desde nuestra sesión semanal “Volviendo al ayer”, a su ejemplar entrega cuando los Terremotos de la Noche de Navidad de 1884.
El “Boletín Oficial de la Guardia Civil”, a lo largo del primer semestre de 1885, recoge una interesante serie de disposiciones que ponen bien de manifiesto como el Benemérito Cuerpo quedó histórica y heroicamente vinculado a lo que aconteció tras los terremotos de Granada y Málaga, tanto en lo que respecta a la ejemplar entrega que de salvamento y auxilio de personas y poblaciones llevó a cabo como en lo que se refiere a la solidaridad que igualmente puso de relieve.
Publicándose tan sólo, en aquellos años, cuatro boletines por mes, en el primero de febrero de 1885, se da cuenta del real decreto por el que el Ministerio de la Gobernación abre una suscripción nacional con el objeto de atender en lo posible al remedio de “los gravísimos males causados por los recientes terremotos en las provincias de Granada y Málaga”, invitándose por los respectivos Ministerios a cuantos cobraban sueldos del Estado para que el haber que les correspondía el día 1º de febrero de 1885 lo destinasen integro a “esta obra de caridad nacional”, reiterándose que se trataba de una contribución voluntaria, no obligatoria para nadie.
Dibujo en la revista “Andalucía” del célebre Manuel Alcázar, publicada para ayudar a las poblaciones afectadas por los terremotos y titulado “Los últimos auxilios”
A continuación de esa misma información, se publicaba una nota bajo el titular de “Dirección General de la Guardia Civil” en la que se relacionaba a los generales, jefes y oficiales de la misma que voluntariamente dejaban un día de haber “para acudir al remedio de las desgracias y pérdidas causadas por los terremotos en las provincias de Granada y Málaga”, expresando la misma la clase o graduación, nombre y cantidad que aportaba cada uno, y abriendo ésta el entonces director general de la Guardia Civil, el teniente-general don Remigio Moltó y Díaz-Berrio, que contribuía con 56 pesetas y 25 céntimos.
Ya en el boletín del día 16 de febrero de 1885, en la “relación de los señores Jefes, Oficiales e individuos de tropa del Cuerpo que han sido recompensados por S. M. el Rey (q. D. g.) desde el mes de Agosto del año anterior por los méritos que a cada uno se le consigna”, por “los grandes auxilios prestados en los terremotos ocurridos en Alhama (Granada) en los días 25 de Diciembre último y siguientes”, se distingue a los siguientes miembros del Cuerpo: Al teniente don Rubio y Gómez Cándido, el del Íllora, a quien tan justamente destacó, entre otros, don Santiago Martel y Martel por su ejemplaridad, se le asciende al empleo de capitán; al alférez don Hilario Orihuela y Heche, jefe de la Línea de Loja, se le asciende al empleo de teniente; a los sargentos segundos José Sánchez García y Gabino Guijarro Orejón, este último el jefe de puesto de Alhama, se les ascienden a sargentos primeros; a los guardias Antonio González Ortega, Dámaso Bernabéu Insa, Francisco Fernández Molina -estos dos ya se les citaba, por otro importante servicio en Alhama de detención de un delincuente, en el boletín del 24 de enero- y Mariano Cruz Fernández se les concedía la Cruz Blanca del Mérito Militar con 7,75 pesetas mensuales; a los guardias Antonio Martín López, Luis García Fernández, Francisco Pablo García y Antonio Burgos Torres, se les concedía igualmente la Cruz Blanca del Mérito Militar con 2,50 pesetas, y al guardia Claudio Fernández Álvarez la Cruz sencilla del Mérito Militar.
Uno de los dibujos que publicó la prensa nacional que más impacto causó, en homenaje a la Guardia Civil. Titulado “Los héroes de Periana”, y publicación conmemorativa del primer centenario de los Terremotos, editado por la Diputación Provincial de Málaga
Igualmente, “por los importantes servicios con motivo de los terremotos ocurridos en la provincia de Málaga”, el alférez de Periana, Manuel Giménez y Martínez, era ascendido al empleo de teniente, cumpliéndose así oficialmente la decisión del mismo rey don Alfonso XII de ascenderlo cuando, tras saber de su heroico comportamiento, lo felicitó personalmente en el transcurso de su visita a Periana.
Al mes siguiente, ya el 1 de marzo de 1885, el boletín, en su sección de “Servicios del Cuerpo”, destaca también el comportamiento de la Guardia Civil en Zafarraya, tras los primeros terremotos al mando del cabo primero Miguel Recober Sánchez, publicando a continuación una mención especial al alférez de Loja y a todos los guardias de los puestos de su Línea: “Alhama. El alférez don Hilario Orihuela Heche, con fuerzas a sus órdenes, tuvo la suerte de prestar los más valiosos auxilios a los habitantes de dicha ciudad que sufrieron las tristes consecuencias de los terremotos. La conducta que observó dicho oficial con los Guardias de los puestos de su Línea es digna de todo elogio, pues no cesó en sus humanitarios servicios noche y día para sacar de entre los escombros a las personas en ellos sepultadas, trabajando en los sitios de mayor peligro, poniendo en seguridad los efectos y los muebles que se podían extraer y animando a los moradores de las casas hundidas que habían salido ilesos.- S. E. se ha enterado con satisfacción de tan honroso proceder, da las gracias, y ordena que se anote en la hoja de hechos y filiaciones.”
Recorrido por Alhama del rey Alfonso XII, quien tuvo noticia y reconoció directamente la gran labor y entrega de la Guardia Civil por las poblaciones afectadas
En boletines siguientes se reconoce igualmente la meritorias actuaciones de la Guardia Civil en otros pueblos que sufrieron igualmente la catástrofe, como Competa, Salares, Alcaucín, Periana, Frigiliana, etc.; y en el correspondiente al 24 de abril de aquel año de 1885, se relaciona a los miembros de la Benemérita de las Comandancias de Granada y Málaga que son distinguidos por los servicios que prestaron con motivo de los terremotos. Por la de Granada, de la que ya anteriormente habían sido distinguidos bastantes de ellas, se relacionan a veinticuatro personas indicándose la gracia que se le concede a cada uno, siendo ascendido a teniente coronel del ejército al comandante del mismo y capitán del Cuerpo don Francisco Brotons y Carra, quien tuvo una importante actuación en Alhama, a la par que al cabo primero de Zafarraya Miguel Recober y Sánchez se le concede la Cruz sencilla del Mérito Militar de las designadas para premiar servicios especiales, la que también reciben varios guardias más de puestos de esta comarca.
Por parte de la Comandancia de Málaga son distinguidos sesenta y un miembros de la Benemérita, ascendiendo al grado de teniente coronel del ejército al comandante del mismo y capitán de la Guardia Civil don Patricio Gutiérrez del Álamo.
Tras los terremotos y aquellos primeros días de indudable confusión, la que en nada limitó la ejemplar actuación de la Guardia Civil que intervino en las tareas de auxilio y salvamento, las muestras de solidaridad fueron realmente excepcionales, aunque también se diese una que otra negligencia por parte de autoridades y representaciones a niveles provinciales y nacionales. Respondió toda España y numerosas naciones de todos los continentes, consiguiéndose, en relativamente poco tiempo para la época, la recuperación de estas poblaciones, construyéndose pueblos enteros, como es el caso de Arenas del Rey, que se edificó en lugar distinto, como nuevos barrios, como es el caso, prácticamente, de todos nuestros pueblos, comenzando por los barrios de la Hoya del Ejido, Buenos Aires, El Imparcial,... en Alhama.
El mismo rey de España, Alfonso XII, a pesar de su delicado estado de salud -moriría aquél mismo año-, vino y recorrió las zonas afectadas, visitando esta comarca a partir del 11 de enero de 1885, interesándose, sincera y ejemplarmente, por todos y cada uno de nuestros pueblos afectados, entregando y disponiendo ayudas y dando consuelo a las personas damnificadas.
Calle Alta de Mesones
El destacado escritor granadino Pedro Antonio de Alarcón, escribe el 29 de enero de 1885 un pequeño artículo que, titulado “Balance... a posteriori”, profundiza en la humanidad y heroísmo que se produjo con ocasión de las consecuencias de los terremotos:
“Cualquier hazaña bélica muy renombrada en las historias por lo sangrienta y decisiva, como el bombardeo y destrucción de formidable plaza-fuerte, la entrada a sangre y fuego en sitiada ciudad, una batalla final de guerra sin cuartel, etc., etc., costó seguramente más vidas, más estragos, más lágrimas y más oro que el inevitable, y por todos llorado, temblor de tierra de 25 de Diciembre último; y sin embargo, ninguna de aquellas ferocidades guerreras, celebradas con jubilosas aclamaciones y con repique de campanas en todos los pueblos favorables al héroe, produjo casi nunca otro resultado que vengar rencores, alegrar fanatismos, satisfacer ambiciones políticas ó personales y empeorar por ende la naturaleza y sentimientos de vencedores y vencidos.
Comparadas, en cambio, todas las pérdidas y calamidades de Alhama, Albuñuelas, Arenas del Rey, Periana. etcétera, donde el “mal” no ha sido efecto del “crimen”, con los tesoros morales que han producido sus espantosas desventuras, ó sea con tantos y tan sublimes rasgos de piedad, de heroísmo, de abnegación, de agradecimiento y de amor al prójimo, como hemos visto realizarse estos días, y con la bendita sumisión de ricos y pobres, a misteriosas leyes eternas, independientes de la voluntad y superiores al juicio de los mortales, nadie negará que en el presente caso han salido muy gananciosos los intereses supremos y permanentes de la humanidad, la causa del bien, la dignidad y grandeza de nuestra especie, los únicos elementos de verdadera felicidad que hay en el mundo.
Este balance podrá no servir de ningún consuelo a las víctimas que aún alientan... Es natural. Pero consolará y animará de fijo a sus infatigables bienhechores, calmando la generosa angustia con que deploran no hallar completo remedio a tanta desolación e infortunio.”
Calle Fuerte
Y la Guardia Civil, la que contaba con un puesto en Alhama desde su misma fundación hacía cuarenta y cuatro años, escribió una más de sus muchas y singulares hojas de su historia. Como testimonio de ello quedaron algunos escritos y un que otro grabado, así como las recompensas que tan justamente se otorgaron a sus beneméritos miembros, pero poco más.
Por ello el día 15 de enero de 1999, el pueblo de Alhama, sumamente agradecido, dejó constancia histórica de su mayor reconocimiento a la Guardia Civil, en aquel caso y momento, por su ejemplar y abnegada entrega en favor de los alhameños que sufrieron las catastróficas consecuencias de los Terremotos de 1884. Y lo hizo no sólo sabiendo, sino sintiendo, profunda y emocionalmente, que sí es que la Guardia Civil espera algo de quien se vio favorecida por ella debe de ser, tan sólo, ya que no admite nada más, un recuerdo de gratitud, el que histórica e imperecederamente, para ejemplo de los alhameños de hoy y de siempre, le brindó con la mayor emoción aquella noche el pueblo de la Muy Noble y Leal Ciudad de Alhama de Granada por medio de su alcalde, en ese momento José Fernando Molina López, de toda su Corporación Municipal y de los muchísimos que abarrotaban el salón de sesiones, sabiendo todos que este viene a ser también el sentir unánime de las buenas gentes de toda esta tierra y comarca.
La placa que se situó en el mismo Ayuntamiento, aunque hubo de retirarse por necesidades de las obras de ampliación de la Galería de Arte, esperando que se vuelva a ubicar en lugar adecuado, dice textualmente:
La
Muy Noble y Leal Ciudad
de
Alhama de Granada
a la
GUARDIA CIVIL
en imperecedero recuerdo
de gratitud
por el heroico
comportamiento que tuvo
con ocasión de los
Terremotos de 1884.
Enero, 1999
Las entonces denominadas Casillas de Baena
Antonio Arenas Maestre, que fue uno de los periodistas que cubrió aquel acto de homenaje, en este caso para nuestro “Ideal”, comenzaba su amplia crónica, encabezada “Alhama de Granada. Reconocimiento a la Guardia Civil Los Vecinos saldan la deuda histórica, con el subtitulo, “La Localidad granadina rinde homenaje a la Benemérita 114 años después del terremoto”, de la siguiente forma:
“Muchos de los alhameños que abarrotaban el pasado viernes el salón de actos no habrían estado presentes, si hace 114 años, los guardias civiles destinados en Alhama y los venidos de otros puestos en las jornadas siguientes, no hubiesen cumplido ejemplarmente con su deber. Aún a riesgo de perder su vida, con su rápida actuación y comportamiento histórico salvaron cientos de víctimas, sepultadas bajo los escombros que produjo el terrible terremoto de Andalucía. Por ello, el pago de esta deuda histórica y el reconocimiento de esta modélica entrega se convirtieron en un homenaje a la Benemérita.
El Ayuntamiento de Alhama ha saldado una antigua deuda. Un acto oficial, una placa en la galería del Carmen, que durante un tiempo fue acuartelamiento y una publicación de Andrés García Maldonado, sobre la heroica gesta de unos guardias civiles, repartida gratuitamente, permitirá demostrar que los alhameños, aunque tarde,, son bien nacidos y, por lo tanto, agradecidos”.