Entrevista: Fernando Savater, filósofo



“Me alegra vivir en Europa donde no hay pena de muerte”
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Junio 2001.- Fernando Savater, filósofo, catedrático de Ética y autor de medio centenar de libros, vino a Granada para hablar sobre “Educación y cambio de valores” en el acto de clausura de los cursos organizados por el Aula de la Naturaleza “Ermita Vieja” y el CEP de Granada. Su intervención fue una viva y lúcida reivindicación del importante papel de los docentes en la educación democrática.

- ¿Cómo se siente un filósofo que el 21 de junio cumple 54 años y tiene publicados más de 50 libros?
Me siento lleno de dudas y de curiosidad, es decir, lleno de vida. Con más ganas de leer -sobre todo, de releer- que de escribir.

- ¿Hace falta valor, en el sentido de coraje, para ser docente en los tiempos que corren? ¿La educación en valores está en alza?
La docencia es mi profesión y también mi vocación. Creo imprescindible transmitir los valores democráticos, explicarlos, contagiarlos, por así decirlo. Pero es difícil porque antes hay que creer en ellos, a pesar de las limitaciones que las democracias realmente existentes presentan en todas partes.

- En estos días se está hablando mucho de la pena de muerte ¿cree que se acabará alguna vez?
Jean Pierre Faye dijo hace mucho: "Europa es donde no hay pena de muerte". En este sentido me alegra vivir en Europa y espero que antes de que acabe el siglo XXI el mundo entero se haya "europeizado"... en este sentido.

- ¿Qué puede hacer la escuela para prevenir la violencia? ¿Y la familia?
La violencia está en nuestra sociedad y la educación en la escuela o la familia no pueden hacer sino prevenir contra ella, ofrecer conductas alternativas, convencer a los neófitos de que la violencia siempre acaba demoliendo a quien más la emplea.

- ¿Puede la escuela suplantar a los padres?
Ni puede ni debe, ¡qué barbaridad!

Malos ejemplos

- ¿Porqué los jóvenes que han recibido una buena educación medioambiental se transforman en los jóvenes del botellón?
Bueno, habrá de todo ¿no? Los ejemplos -malos- también educan o deseducan muy eficazmente.

- En una ocasión recomendó a los jóvenes “no hay que ser consumidores de la vida sino protagonistas de la vida? ¿Cómo conseguir esto?
He escrito cincuenta libros que más o menos tratan sobre el tema. Los próximos, probablemente, seguirán también dándole vueltas a la cuestión.

- En 1998 en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Caracas afirmó que “enseña más el maestro al educar su humanidad que al instruir otra cosa que enseñe. ¿Hasta qué punto considera trascendental el retorno del humanismo a la educación?
La asignatura principal que debe ser enseñada es la humanidad, el cultivo y la extensión de la humanidad. En realidad, no hay asignaturas específicamente "humanistas" sino un modo humanista de enseñar las asignaturas. Por eso lo importante es que sea humanista el maestro, no la materia que enseña.

El papel de padre

- ¿No sería imprescindible otra transversal que enseñara a hombres y mujeres para ser padres y madres en la vida?
La mayoría de los papeles importantes tenemos que aprenderlos de modo intuitivo: el amor, la paternidad, enfrentarse al dolor, a la injusticia... Pero siempre hay quien puede ayudarnos a perfeccionarnos en tales desempeños.

- ¿A que se refería cuando decía que prefería “ser un buen padre como lo fue mi madre conmigo”?
Me refería, humorísticamente, a que hoy suele ser el papel de la madre el más completo e importante, que la figura del padre se desdibuja o se perfila sobre el papel privilegiado de la madre.

- ¿Por qué es mejor ser padre que amigo de nuestros hijos?
Porque el padre es el más indicado para hacer de padre, un papel muy importante, mientras que amigos pueden serlo otras muchas personas.

Destacados:
- “La violencia siempre acaba demoliendo a quien más la emplea”
- “La mayoría de los papeles importantes tenemos que aprenderlos de modo intuitivo”
- “Lo importante es que sea humanista el maestro, no la materia que enseña”

Perfil:
Hombre polifacético:
Fernando Savater (San Sebastián, Guipúzcoa, 1947) es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, tras haberlo sido de Ética en la Universidad del País Vasco. Ensayista, periodista, novelista y dramaturgo, ha publicado más de cincuenta libros, algunos de los cuales han sido traducidos a una docena de lenguas. Entre otros galardones ha recibido el Premio Nacional de Ensayo, el Premio Anagrama, el Premio Cuco Cerecedo, otorgado por la Asociación de Periodistas Europeos, y quedó finalista del Premio Planeta con su novela “El jardín de las dudas” centrado en la figura de Voltaire. Es miembro desde su fundación del colectivo ¡Basta ya! que en el 2000 fue distinguido por el Parlamento Europeo con el premio Sakharov de los derechos del hombre y de la libertad de expresión.

Sus libros:
Los más conocidos son “Política para Amador” (1993), “Ética para Amador” (1995), Diccionario filosófico (1995), Contra las patrias (1996), El valor de educar (1997). En el último, “Perdonen las molestias”, (2001) resume en forma de crónica su particular batalla sin armas contra las armas, y convierte en testimonio reflexivo y apasionado el compromiso cívico de un intelectual ante la violencia.