Nicolás Olea Serrano. Catedrático Centro de Investigación Biomédica en Epidemiología y Salud Pública, Hospital Clínico-Universitario de Granada.
Este radiólogo intervino el viernes día 12 en el salón de cctos del ayuntamiento de Alhama donde la Agrupación de Voluntarios “El Quejigo” le ha pidió ofreciera una ponencia sobre "Riesgos para la salud ocasionados por compuestos químicos en nuestro entorno" (19 h.) pues junto con su equipo lleva tres lustros investigando el efecto de determinadas sustancias químicas utilizadas en múltiples aplicaciones, tanto industriales como fertilizantes, pesticidas, o de productos de consumo habitual tan de actualidad como pueden ser las bioxinas encontradas contaminando los piensos y, por tanto, la carne de cerdo en Irlanda.
Nos recibe en su centro de investigación del Hospital Clínico-Universitario de Granada y tras mostrarnos cada una de las dependencias e instrumental empleado en sus trabajos nos responde amablemente a todas nuestras interrogantes.
- ¿Cual es el principal efecto de las dioxinas?
- Se trata de productos químicos que actuando a bajas dosis producen un efecto a largo plazo. No se trata de grandes envenenamientos ni intoxicaciones sino del efecto de la exposición crónica.
- Entonces ¿por qué seguimos envenenándonos?
- El problema es de antiguo. El mejor ejemplo es el famoso pesticida DDT que fue la estrella de los años 50 y 60 que tenían unas aplicaciones enormes y muy exitosas en la agricultura y en aplicaciones domésticas. El problema de estos compuestos químicos es que su persistencia en el medio ambiente es en torno a los 50 años. Una vez que se aplicaron, se vio que eran eficaces frente a las plagas pero además que se acumulaban en el medio ambiente. Es lo que se llama la bioacumulación y la biomagnificación, es decir, si se pone una cantidad las especies lo van acumulando, se acumula en el tejido adiposo y el hombre que está en la pirámide de los depredadores es el que más exposición tiene.
- Pero, ¿el DDT lleva años prohibido?
- A pesar de que se prohibió en los 80 porque se vio que tenía un efecto perjudicial para la fauna y para la especie humana sus residuos aún persisten. Uno de nuestros estudios más recientes dice que el 99,9 % de las placentas de las mujeres que dan a luz en el Hospital Clínico de Granada tienen DDT. Significa que a pesar de que después de su utilización haya habido una conciencia para parar su uso aún sigue porque persiste en las cadenas.
- Pero, ¿esto es gravísimo?
- Ahora estamos convencidos, y así lo hemos presentamos en París la pasada semana, que la fuente principal de exposición a estos compuestos químicos históricos no es el medio ambiente sino la madre que ha ido acumulando durante su vida, desde que nace hasta que tiene 31 años, se queda embarazada y da a luz, y ella ha sido la mayor fuente de exposición durante el embarazo al individuo que se está formando en su interior. Es una exposición inadvertida, la madre no la sabe, aparentemente no tiene ninguna sintomatología pero sí que pensamos que puede tener consecuencias en el desarrollo del niño y eso es imparable. Lo que no queremos es que esta torpeza se repita con otros productos como desgraciadamente nos demuestra la prensa del DDT, las dioxinas o el mercurio. Es una exposición silente que ahora vemos las consecuencias de lo que se aplicó en los 60.
- Y lo peor es que es casi seguro que volverá a ocurrir…
- Tenemos una serie de compuestos químicos de los años 80, 90, e incluso del 2000, que probablemente harán el mismo recorrido en la exposición. Me refiero, por ejemplo, al endosulfán que es un pesticida persistente, clorado, tóxico que se acumula en el tejido adiposo y que hace un año es cuando se ha decidido en España que ya era el momento de comenzar a regularlo cuando en Europa se lleva cuatro años sin utilizarlo, o como el gran problema de los fuguicidas de la vid que está permitido debido al problema de la sequía para evitar los hongos pero que también es tóxico y acumulable. Si se decide prohibirlos en el 2009 nos creará una herencia de exposición silente. A pesar de que se crea que el día que se prohibió desapareció el problema, eso es mentira.
- Entonces ¿Qué podemos hacer?
- Las alternativas que nosotros proponemos son, la primera a todas luces puede ser la agricultura ecológica, porque se disminuye el consumo de productos químicos. La segunda es el consumo responsable. ¿Realmente es necesario que todos los días tiremos una bolsa entera llena de embalajes individuales para cosas que podrían ir sin embalar? Ello supondría la disminución a la exposición química en todas sus formas. Y, sobre todo, conocimiento de los productos que consumimos para disminuir la exposición.
- También han investigado el cáncer de mama ¿cómo se puede prevenir?
- Un estudio de los cánceres de mama nos ha dado que el mayor factor de riesgo en cáncer de mama en la provincia de Granada está en el sector de la mujer con estudios universitarios, pues está relacionado con alto nivel de vida, con buena capacidad adquisitiva que ha renunciado a los factores de protección a estos tipos de cáncer de mama en la provincia de Granda que son dar a luz antes de los 19 años, tener más de cinco hijos y contar con 36 meses acumulados de lactancia. Esta es la mejor forma que tiene una mujer de “limpiarse”. ¿Pero cómo aplicamos esto?