“ El 2005 ha sido un año catastrófico, sin excluir ningún cultivo ni comarca”.
09/10/2005.- El alhameño, Manuel del Pino López, es desde 1994 el secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA-Granada) que aglutina los intereses de cerca de cinco mil agricultores y ganaderos granadinos.
Balance por comarcas
- El año hidrológico está a punto de concluir ¿cuál es el balance de su organización en las distintas comarcas granadinas?
- Con carácter general podemos decir que el 2005 ha sido un año catastrófico, sin excluir ningún cultivo ni comarca. En la zona norte de Granada, principalmente dedicada al cultivo de secano y a la ganadería, el cereal ha tenido un resultado pésimo en tanto que en las zonas de riego apenas se ha podido regar por falta de agua. La ganadería, con la lengua azul y la inmovilización, también ha resultado duramente perjudicada con la sequía pues se ha tenido que alimentar el ganado con aporte de grano, pienso y paja que han alcanzado un precio desorbitado. Por ejemplo, la paja ha subido por encima de los 12 céntimos precio al que no ha llegado el kilo de cebada. En otras comarcas de secano, como El Temple o los Montes exactamente igual. Las pérdidas en el secano están alrededor del 80 %. Al olivar no sólo le ha afectado la sequía sino que en su día lo hicieron las heladas en zonas muy determinadas. El resto como es la Vega, algo de Los Montes, en la zona de Montefrío y Loja, y parte del Temple fue lo único que medio se salvó con cosecha que se ha visto afectada por la sequía y, para colmo, la última granizada descargó en estas zonas donde hay pérdidas aforadas y cosecha en el suelo. Los cultivos de riego, sin haber sufrido los problemas del agua, casi todos se han visto afectados por el problema de la diferencia de precios, bajísimos en origen mientras que en destino muy altos.
- Con carácter general podemos decir que el 2005 ha sido un año catastrófico, sin excluir ningún cultivo ni comarca. En la zona norte de Granada, principalmente dedicada al cultivo de secano y a la ganadería, el cereal ha tenido un resultado pésimo en tanto que en las zonas de riego apenas se ha podido regar por falta de agua. La ganadería, con la lengua azul y la inmovilización, también ha resultado duramente perjudicada con la sequía pues se ha tenido que alimentar el ganado con aporte de grano, pienso y paja que han alcanzado un precio desorbitado. Por ejemplo, la paja ha subido por encima de los 12 céntimos precio al que no ha llegado el kilo de cebada. En otras comarcas de secano, como El Temple o los Montes exactamente igual. Las pérdidas en el secano están alrededor del 80 %. Al olivar no sólo le ha afectado la sequía sino que en su día lo hicieron las heladas en zonas muy determinadas. El resto como es la Vega, algo de Los Montes, en la zona de Montefrío y Loja, y parte del Temple fue lo único que medio se salvó con cosecha que se ha visto afectada por la sequía y, para colmo, la última granizada descargó en estas zonas donde hay pérdidas aforadas y cosecha en el suelo. Los cultivos de riego, sin haber sufrido los problemas del agua, casi todos se han visto afectados por el problema de la diferencia de precios, bajísimos en origen mientras que en destino muy altos.
- A propósito de la diferencia de precio ¿cómo cree que se podría solucionar?
- Desde Asaja, entendemos que no es un problema nuevo al que hemos venido aportando soluciones que no fueron oídas por el gobierno anterior y éste ni siquiera se ha dignado a planteárselo como un problema. El anterior puso el marcha el observatorio de precios, empezó con algunas medidas dentro del Libro Blanco que al final no vieron la luz al quedar paralizado por la nueva administración. El problema se soluciona con una actuación decidida en dos frentes: con una legislación fiscal que grave de manera especial y con un porcentaje mayor a lo que se considera beneficios especulativos y esto está claro que es un beneficio especulativo. Por otro lado, con el control de precios que no quiere decir un precio dirigido, que es imposible, y la información directa al consumidor. Cuando digo control de precios lo digo en las grandes superficies. No se puede consentir que un gran almacén, que al final lo que tiene es prácticamente un monopolio, sea quien fije los precios y las formas de pago. Ahí se puede actuar. Ya se hizo en Francia donde hay una ley de grandes superficies que no permite pagar más allá de los 30 días. Si se pone en marcha aquí en algo estaremos contribuyendo a que el productor y el que vende no termine percibiendo a los 160 días un precio ridículo. Si todo eso se acorta y hay actuaciones en ese sentido se puede solucionar el problema, de otra manera será morir al agricultor poco a poco.
- Desde Asaja, entendemos que no es un problema nuevo al que hemos venido aportando soluciones que no fueron oídas por el gobierno anterior y éste ni siquiera se ha dignado a planteárselo como un problema. El anterior puso el marcha el observatorio de precios, empezó con algunas medidas dentro del Libro Blanco que al final no vieron la luz al quedar paralizado por la nueva administración. El problema se soluciona con una actuación decidida en dos frentes: con una legislación fiscal que grave de manera especial y con un porcentaje mayor a lo que se considera beneficios especulativos y esto está claro que es un beneficio especulativo. Por otro lado, con el control de precios que no quiere decir un precio dirigido, que es imposible, y la información directa al consumidor. Cuando digo control de precios lo digo en las grandes superficies. No se puede consentir que un gran almacén, que al final lo que tiene es prácticamente un monopolio, sea quien fije los precios y las formas de pago. Ahí se puede actuar. Ya se hizo en Francia donde hay una ley de grandes superficies que no permite pagar más allá de los 30 días. Si se pone en marcha aquí en algo estaremos contribuyendo a que el productor y el que vende no termine percibiendo a los 160 días un precio ridículo. Si todo eso se acorta y hay actuaciones en ese sentido se puede solucionar el problema, de otra manera será morir al agricultor poco a poco.
- En estos días los productores de almendra están en plena faena de recolección ¿En qué situación se encuentra este sector?
- Este año el producto tiene un comportamiento bueno donde ha quedado, si bien es cierto que ha quedado muy poca almendra. Todos sabemos que los problemas que tiene el almendro son el período de floración y de cuaje del fruto. Bien es cierto que se han ido reconvirtiendo variedades, reestructurando plantaciones y yendo cada vez más a una variedad de floración más tardía que evita las pérdidas de cosecha pero un año climatológicamente como éste también se llevó gran parte de la producción. Además está reconocido mundialmente que la mejor almendra en calidad es la española. Cosa distinta es el apoyo que la Administración le está haciendo a los productores que es nulo. Por desgracia, ha obligado una vez más a que los productores de almendra tengan que estar asociados en una organización de control de productores de frutas y hortalizas para poder cobrar las ayudas de la Unión Europea. Eso no ocurre más que en este país y en ninguno más. El reglamento comunitario deja libertad al estado miembro para exigir o no exigir. España lo ha exigido por presiones de los catalanes que son los que dominan este mercado y no querían perderlo. Si a eso le sumamos que algunas cooperativas, en concreto de la provincia de Granada, no se dedican a defender a sus propios socios ante lo que las OPFH están haciendo que es literalmente llevarse el dinero por la cara puesto que han acordado descontar 18 euros por hectárea a partir del 2005 para todos los productores. Eso supera en mucho a los cuatro euros por hectárea que te permite el reglamento comunitario que descuenten. De los 4 a los 18 son acuerdos de las OPFH que deberían haber defendido las cooperativas y que los productores de almendra tienen que saber que ellos legalmente no les queda más remedio que soltarlo, que pagarlo, porque es un acuerdo de su cooperativa y de su OPFH pero tienen que demandar a sus representantes que ellos está ahí para algo más que para intereses de otro tipo. Están ahí para defender los intereses de sus socios.
- ¿Qué opinión le merecen las medidas desarrolladas por las administraciones por las heladas y la sequía?
- Asaja ya se manifestó en contra de las medidas propuestas tanto de las heladas y de la sequía como en el problema especial del incremento de los precios del gasóleo y derivados. Digo se manifestó en contra porque en ningún caso llegó a firmar acuerdo alguno con la Administración. Seguimos reivindicando acciones y medidas de otro tipo, bastante más amplias y con mayor presupuesto y entendíamos que firmar lo que la administración propuso no era más que hacer un parcheo, darle un balón de oxígeno a la administración y firmar un engaño para nuestros agricultores que al final es a quien nos debemos. No firmamos por eso, seguimos diciendo que son unas medidas cortas y ridículas. En heladas sí tenemos que decir que se firmó un acuerdo con la Junta de Andalucía ya que mejoraba bastante al Decreto nacional. La administración andaluza puso sobre la mesa dos o tres borradores que nos parecían insuficientes hasta que llegamos a un compromiso y a un contenido que tal vez no sea el mejor, evidentemente, pero siempre hay que creer en algo y nosotros estamos medianamente contentos de lo que se consiguió. Ahora nos queda la otra parte que es desarrollar el resto de medidas que esa orden contemplaba y el decreto nacional también contemplaba. Y en eso no están ayudando las administraciones. Tenemos el plazo de pago del Impuesto de Bienes Inmuebles encima y no vislumbra por ningún sitio la exención, está prometida y hay que sacarla y no sólo para este año sino para unos cuantos años más. Las medidas fiscales tampoco se han acordado de ellas. En cuanto al tema de los seguros agrarios que incluía la necesidad de estudiar, analizar y reformar el sistema actual que de no hacerse no puede ser un sistema válido.
- Ustedes han denunciado en varias ocasiones la falta personal sanitario en las Oficinas Comarcales Agrarias (OCA)
- No sólo de personal sanitario en las OCA, nosotros ya hemos hecho más de una denuncias por la falta de personal en la Delegación de Agricultura en general en todos y cada uno de los Departamentos lo que significa que se retrasan todos los expedientes, tramitaciones y al final los agricultores que tendrían que cobrar en unas fechas lo hacen muchísimo más tarde. Solamente hay que ir allí hablar con los propios funcionarios que están desbordados. En las Ocas es más sangrante porque si un ganadero va a solicitar una guía de traslado por haber vendido unos animales si el veterinario no está no se puede emitir y por tanto no se pueden cargar los animales.
- ¿En qué situación se encuentra la campaña contra el abandono del campo puesta en marcha por Asaja?
- Entendemos que se ha iniciado un proceso de desmantelamiento del sector y se nos va obligar a su abandono. Nosotros queremos que eso se explique abiertamente y si es así, como lo está siendo por la vía de los hechos, hay que ver de que manera se hace para que sea lo menos traumática para los efectivos que hay. Este sector tiene todavía casi el 8 % de la población activa. Bien es cierto que cuando entremos en la UE estábamos en el 14 %, y se ha ido reduciendo, pero si se quiere que se reduzca más todavía para llegar a los niveles de Europa que está en torno al 3 ó 4 %, hay que presentar un plan y actuar, incentivar la salida, pero aquí se está haciendo por la vía de hecho. Por ello, el pasado 15 de septiembre, Asaja tomó la decisión de emprender en este trimestre acciones en toda España. Acciones que serán puntuales en cada una de las provincias y que después serán permanentes en Madrid con una acampada frente el Ministerio de Agricultura hasta que veamos que el Gobierno reacciona y que se toma en serio el problema de los agricultores. Todo culminará con una manifestación, aún sin fecha, que terminará en Madrid.