
Su infancia son recuerdos de cuando se podía bañar y beber agua en las aguas cristalinas del río Marchán y de años de aprendizaje en los Salesianos de Granada. Su juventud como estudiante en los Escolapios y en el Colegio Libre Adoptado de Alhama con exámenes en el Padre Suárez. También de servicio militar, junto a dos paisanos, en Palma de Mallorca, donde recibió el último tirón de orejas de un sargento chusquero.