Patronato EA

En el mismo acto se presentaron las dos publicaciones correspondientes a la primera edición sobre los trabajos de Trinidad Vázquez Ruano y José Antonio Castillo Parrilla.

 Comenzó el acto al mediodía del sábado 24 de noviembre de 2018 en el salón de plenos del ayuntamiento de Alhama, después de que los presentes tomaran un chocolate, con pastas típicas de las panaderías de Alhama, que les ofreció el Patronato de Estudios Alhameños, y departieran unos minutos.

 Como marca la cortesía dio comienzo con la salutación del alcalde de Alhama que, tras la bienvenida a los presentes y a los ganadores de la anterior convocatoria, destacó la buena acogida que ha obtenido esta iniciativa y comentó que se está tratando de obtener más fondos a través de más mecenas del premio para poder impulsarlo.

 El nuevo Presidente del Patronato de Estudios Alhameños, Ignacio F. Benítez Ortuzar, fue el siguiente en tomar la palabra para mostrar su satisfacción de estar presidiendo un acto con una doble finalidad, por un lado presentar la convocatoria del II premio Eduardo Hinojosa y, por el otro, hacer la presentación de las obras ganadoras de la anterior edición, dejando constancia de la calidad del jurado calificador, todos prestigiosos y destacados miembros del ámbito del derecho, jurado que tuvo dificultades a la hora de fallar el premio, dada la elevada calidad de todos los trabajos presentados, y que se vio obligado a escoger dos de ellos, teniendo palabras de agradecimiento para la editorial Dykinson por aceptar la publicación de ambos. Prosiguió en el sentido de que la noche anterior, la del viernes 23 de noviembre, el Patronato de Estudios Alhameños había decidido por unanimidad convocar la II Edición del Premio de Ciencias Jurídicas Eduardo Hinojosa y Naveros, premio que continúa convocándose el 25 de noviembre, día del nacimiento del jurista alhameño y entregándose el 19 de mayo, fecha de su muerte en Madrid., aunque se hará el 18 de mayo por ser el 19 domingo.

 Prosiguió agradeciendo la presencia de los premiados, Trinidad Vázquez y José Antonio Castillo, a los que invitó a venir a Alhama cada vez que quiera, dado que es una tierra hospitalaria.

 El merecedor del accésit del 2018, José Antonio Castillo fue el tercer interviniente en el acto y, comenzó agradeciendo a todos los involucrados en el premio su aportación y felicitando a la premiada, Trinidad Vázquez, con la que había coincidido en alguna ocasión.

 Para nuestro paisano Eduardo de Hinojosa tuvo palabras de recuerdo con una cita que encontró en un libro sobre el mismo en la que el jurista se quejaba de que una de los males de nuestro país era el aislamiento científico, lo que dificultaba los estudios jurídicos, dado que “muchos se privan de hacer más fecundo su trabajo haciendo uso del resultado de las investigaciones ajenas”.

 Entrando en materia de su monografía explico que su intención es, mediante las fuentes del derecho clásico conseguir una adaptación al paradigma digital, que es en el que estamos, de tal manera que no perdamos derechos como usuarios, clientes o productores de esa riqueza digital.

 De los problemas legales que plantea la economía digital comentó que, como ya había adelantado Orwell en la obra 1984, se empobrece el lenguaje, con la neolengua para poder dominar más fácilmente a las masas; en la actualidad en el ámbito digital no existe el contrato de compra venta, lo cual puede provocar cierta indefensión en el consumidor, de tal modo que si yo quiero llevarme este libro (en este caso era el suyo) en una maleta puedo hacerlo perfectamente, pero si me lo llevo en un medio digital puede que no pueda leerlo en países de fuera de la Unión Europea, por ejemplo.

 De lo que se trata es de que la ley se adapte a la era digital, de modo que la riqueza generada a través de estos medios no sufra un proceso de refeudalización, en la medida en que esta riqueza queda estancada en manos muertas.

 De lo que ha significado para él este premio dijo que fue una feliz sorpresa, puesto que lo recibió días después de su tesis y que en un honor que su primera monografía esté asociada al nombre de Eduardo Hinojosa.

 Llegó el momento de la ganadora, Trinidad Vázquez. En primer lugar, mostró su satisfacción por estar de nuevo en Alhama, la primera vez fue para recoger el premio y hoy para recoger la materialización del mismo en forma de libro publicado. Prosiguió agradeciendo al Patronato, al jurado y a las instituciones implicadas en el mismo por concederle el primer galardón y felicitó a Ignacio Benítez por su reciente nombramiento como presidente del Patronato.

 De lo que ha supuesto para ella el premio, afirmó que fue un orgullo y una satisfacción sobre todo por estar asociado a Eduardo Hinojosa del que destacó su integridad, su esfuerzo y su dedicación, valores que ella desde siempre trata de aplicar en su trabajo universitario.

 Por lo que respecta a la materia del trabajo presentado y premiado, es el de los principios del gobierno corporativo y la función supervisora del consejo de administración en una sociedad de capital, título “que ha vuestro alcalde no le ha gustado”. Para entrar en materia transformó el dicho popular “no me des consejos, dame dinero” en “no me des consejos, dame un consejo de administración”. Ello es porque ocupar la posición de un consejero independiente que controle a los que ejercen funciones ejecutivas dentro de un órgano de administración societaria es una proyección profesional para un jurista o un economista de indudable prestigio e importancia.

 Para entender, prosiguió, la necesidad de este control externo hay que remontarse a los años noventa en los que hubo algunos casos de fraudes financieros, recordaran el caso Enron, o a nivel más nacional el caso Fadesa, casos que manifestaron la dificultad de igualar a los socios y controlar a grandes compañías con un gran volumen de capital. Por eso es importante que dentro de los órganos de dirección ejecutiva alguien controle de algún modo estas actividades. En este caso en la figura de un consejero externo e independiente.

 Posteriormente procedió a un breve resumen de su monografía que, puesto que está publicada, se puede consultar. Pero insistió en la necesidad de un control externo a fin de dotar de transparencia a las actividades de las empresas financieras a fin de que ofrezcan más confianza a los clientes, o caso de emisiones de acciones a los posibles inversores y accionistas.

 Esto es especialmente importante en las sociedades cotizadas en las que el que posee las acciones no tiene el control directo sobre quienes toman las decisiones ejecutivas y, por tanto, es importante un control externo que supervise y vele por los intereses de todos los accionistas, y muy especialmente de los socios minoritarios.” Esa es la idea central por la que apostamos por que haya un órgano que al menos, si no ejerce el control, lo supervise”.

 También recoge su monografía todo el código jurídico aplicable a las sociedades cotizadas.

 En la última parte del estudio plantea las cualidades que deben tener quienes aspiren a ser consejeros, entre ellas ser de reconocido prestigio profesional y la absoluta independencia con respecto a los socios de la sociedad y sus accionistas.

 El resumen final, banalizado, según la autora es que nos falta un estatuto jurídico para este tipo de consejeros para garantizar su labor, parte en la que en la actualidad está investigando.

 Las palabras de despedida de Ignacio y el alcalde y la entrega de ejemplares de las dos publicaciones a la secretaria del Patronato y la bibliotecaria de Alhama, para su custodia en ambas entidades, pusieron fin a este acto, eminentemente consagrado al derecho, no podía ser de otra manera.

 En la página web del Patronato de Estudios Alhameños se encuentran las bases completas que pueden consultar sobre esta segunda edición: http://patronatoalhama.es , aunque se las indicamos a continuación.