07/04/2007.- Con un recorrido más corto de lo habitual y temperaturas invernales, la procesión del Viernes Santo en Alhama volvió a congregar a numeroso público, que acompañó al Crucificado por las calles del pueblo con mucho recogimiento, y con saeta incluida.
Pese a que las obras están prácticamente concluidas, la presencia de algunos andamios en las puertas de la Parroquia, ha hecho que la tradicional procesión del Viernes Santo tenga su comienzo y su final en la iglesia del Carmen.
Como viene siendo habitual, el tránsito de Nuestro Señor Jesucristo tuvo mucha menos asistencia de público, aunque no poca, que el de la Virgen de las Angustias pero este Viernes Santo de 2007, a causa de las bajas temperaturas y de la amenaza de lluvia, la causa estaba justificada.
Como viene siendo habitual, el tránsito de Nuestro Señor Jesucristo tuvo mucha menos asistencia de público, aunque no poca, que el de la Virgen de las Angustias pero este Viernes Santo de 2007, a causa de las bajas temperaturas y de la amenaza de lluvia, la causa estaba justificada.
El Párroco de Alhama y varios fieles se encargaron de relatar a lo largo del recorrido, cada una de las estaciones y momentos por los que pasó Jesús de Nazaret desde que fue condenado a muerte, hasta su expiración. En la estación número siete, cuando la procesión se hallaba llegando al Humilladero, se escuchó una saeta, algo nada habitual en esta procesión, que resaltó aún más el carácter de nuestra Semana Santa en la fría noche andaluza.
Nada más entrar la procesión al interior de la Iglesia del Carmen, cayó un chaparrón que había estado amenazando durante toda el tránsito. La última estación del Vía Crucis fue pronunciada en un “casi” abarrotado templo.
Nada más entrar la procesión al interior de la Iglesia del Carmen, cayó un chaparrón que había estado amenazando durante toda el tránsito. La última estación del Vía Crucis fue pronunciada en un “casi” abarrotado templo.
Texto: Sergio Monteagudo.
Fotos: Juan Claudio Romero.