
El Granada CF tocó fondo en Almería con un fútbol apático, carente de sentido, con jugadores sin intensidad y con una bandera blanca que hace pensar en la nueva temporada, lejos de esos campos, que sólo se ven en la tele.
En el partido del bochorno se pudieron ver detalles que invitan al optimismo, cierto es que son pocos, pero que hacen agarrarse como si de un clavo ardiendo se tratase a la hinchada rojiblanca.
La primera mitad del partido ante el Málaga y la merecida victoria hace que los aficionados, directivos, cuerpo técnico y especialmente, los jugadores crean en la posibilidad real de mantener la categoría.