Ya teníamos ganas, ya; de calzarnos nuestras botas y colgarnos nuestras mochilas, en esa noche que es mágica, cuando nuestro club colabora con nuestro ayuntamiento en las actividades del verano cultural.
Senderismo
Senderismo
Ya teníamos ganas, ya; de calzarnos nuestras botas y colgarnos nuestras mochilas, en esa noche que es mágica, cuando nuestro club colabora con nuestro ayuntamiento en las actividades del verano cultural.
El pasado verano el del año 2012, en una de esas mañana tediosas de calor sofocante, mi primo Moisés Uriarte Eizaguirre , vasco de nacimiento, como podéis comprobar por sus apellidos, aunque ya lleva entre los jameños, en sus veranos casi treinta años visitándonos, con lo cual ya es jameño pero veraniego, claro y por supuesto un servidor, dispusimos partir hacia el paraje de La Resinera para aventurarnos por el cauce de un rio con un nombre que sabe a humor castizo y que siempre en ese recorrido quisimos saber el porqué de llamarse Río Cebollón, posiblemente se refiera dicho nombre a la cantidad de plantas, parecidas a los bulbos de las cebollas que crecen a lo largo de su serpenteante vereda que se sigue a la izquierda de su cauce en dirección hacia su nacimiento.
Somos coleccionistas de subidas a la Maroma, nuestra cima emblemática la que nos impulsa al esfuerzo físico y mental más personal y también de grupo.
Los caminos, siempre son reservas de recuerdos, para atravesar la Sierra de Enmedio, la de Játar hasta Competa (www.competa.es), solo tienes que dejarte llevar, el sendero te va dejando el sabor de los auténticos caminos de antaño, aquellos que siempre estaban, fuere la época que fuere, llenos de personas que se buscaban la vida a través de estas sierras con su ganado y sus cabalgaduras, siempre repletas de productos que se comercializaban o se cambiaban de una zona a otra.
Cuando queremos podemos, ese es el eslogan que está de moda, la crisis tiene mucho que ver en esto, porque hay que sacar todo lo bueno que tenemos y lanzadlo a los cuatro vientos, y despertar.