
Pedro Aparicio Sánchez, fue dieciséis años alcalde de Málaga. Elegido en las primeras Elecciones Municipales Democráticas de 1979, en las sucesivas convocatorias de 1983, 1987 y 1991 lo fue por mayoría absoluta. Gran alcalde y excepcional persona, comenzando yo como “jefe de la Oposición” municipal, me eligió para sustituirle en la alcaldía en múltiples ocasiones y hasta semanas seguidas y sus periodos de vacaciones. Nos hicimos entrañables amigos cuyo afecto durará hasta la misma Eternidad o lo que exista. Vino a Alhama. ¿Cómo no? Y, como escribió y habló en variadas ocasiones, se enamoró de ella.